Tres a la deriva Esta ópera prima despareja de Nacho Aguirre nos muestra un western patagónico y violento ubicado en los años 20, basado en hechos reales. Un joven ladrón inexperto se une a dos bandoleros de experiencia con la idea de robar el banco de Bariloche. En el camino a ese robo cometen asesinatos sin sentido, acumulan paranoias, broncas y supersticiones que llevan a los 3 personajes hacia un final trágico y desolador. La primera idea de hacer un western patagónico y árido se cumple bastante en esta película. El sur (y más precisamente Bariloche) están mostrados sin ningún rigor turístico, por el contrario, los paisajes son bastante desoladores, el tipo de fotografía y filmación ayuda en ese sentido. El problema arranca cuando la segunda idea es que la mayoría de los actores sean amateurs, porque eso le da justamente un matiz desparejo a la película, la hondura y el drama que se podría manejar por el tema tratado decanta solo en pequeños momentos dramáticos y otros que no logran ese nivel. Tampoco se percibe un desarrollo en los 3 protagonistas ni en su motivación principal que es robar un banco, parecería que su motivación real es asesinar a sangre fría sin sentido y echarse culpas entre sí. Se manejan más por estereotipos sin sutilezas, el malo es malo y ya, el inexperto es bonachón y miedoso, no hay relieves en el accionar de ninguno de los 3. El otro punto importante es el comisario Baigorria (interpretado por Emilio Bardi), un personaje mostrado como alguien que desea hacer justicia, aparentemente incorruptible, pero que es utilizado en alguno de sus textos por el director para una clara bajada de línea contra la oligarquía que saquea tierras en la Patagonia. Despareja primera película de este director que tiene algunas buenas ideas sobre cómo filmar (es alguien que viene del audiovisual y sabe mostrar buenas imágenes) pero que en el mix de violencia y psicología de personajes opta más por la primera opción y le quita vuelo a este western patagónico.
¿Y dónde está el fotógrafo? Este ensayo –documental intenta indagar en la historia del gran director de fotografía Pablo Tabernero, sus exilios, sus enseñanzas y sus innovaciones en la llamada Edad de oro del cine argentino. El escritor, director de cine y ensayista Eduardo Montes-Bradley nos sumerge en la vida de Pablo Tabernero, quien fue Tabernero?: por empezar debemos decir que este director de fotografía nació en Alemania con el nombre de Peter Paul Weinscheck, fue formado por los pioneros de la Bauhaus en Alemania, huyo del nazismo en 1933 rumbo a la España pre Franquismo, allí trabajo filmando documentales en la época de la guerra civil para la columna de Buenaventura Durruti que fue líder del partido de la izquierda y al asumir Franco tuvo un nuevo exilio hacia nuestro país, Argentina. El documental no corre en una línea de tiempo uniforme, sino que va trazando historias y testimonios en una especie de random medio confuso, igual no deja de ser interesante las declaraciones de sus discípulos y de algunos críticos de cine que dan cuenta del trabajo excelso e influyente dentro del cine nacional que tuvo Tabernero. Algunas fotos, trozos de películas y un mini documental que se ve entero de su etapa en España , apenas logran mostrarnos su arte, su trabajo en la fotografía blanco y negro y los matices de las mismas, está claro que la idea del director es acercarnos menos a su trabajo que a su vida en general, a como lo forjaron los exilios, la inspiración que le dejaron los grabados de su padre y la relación con su madre y con su hermana, pero esa idea se pierde de mostrar los trabajos de Tabernero que fueron y son influyentes aun. Si resulta interesante ver la época en la cual el vivió trabajando y desarrollándose: 2 países de ideas totalitarias (Alemania y España) y un tercer país (Argentina) muy afín a esos dos países. Esto se puede observar en el momento en el que se decreta la persecución a comunistas y judíos en el país y el director de fotografía solicita que su apellido cambie por el de Tabernero, una señal clara de época. Con algunas fallas: testimonios que se cortan al editar una imagen, la presencia del hijo que no aporta mucho en sus declaraciones (quizás si para la producción del film), la poca indagación sobre sus trabajos en el cine nacional y la ya nombrada falta de una línea temporal y con pocos aciertos, este documental resulta en su corta duración una búsqueda un tanto vaga y exigua del gran director de fotografía que fue Tabernero.
Una grieta en el sur Este documental de Juan Dickinson nos mete de lleno en los conflictos que suscita la creación de un parque binacional en Santa Cruz llamado Parque Patagonia. El resumen es así: Filántropos internacionales tienen la idea de preservar especies en extinción como el maca tobiano y deciden crear un parque nacional llamado Parque Nacional Patagonia, similar a uno que hay en Chile para lograr así un parque binacional. Esto lleva a varios desencuentros con pueblerinos y ganaderos de la zona que se sienten desplazados y perjudicados en sus labores y cosechas. En estos tiempos donde esta tan en boga la toma de tierras y los planteos que se hacen sobre las propiedades privadas este documental pone luz también al conflicto que sucede cuando empresas internacionales o empresarios poderosos extranjeros compran tierras sobre todo en el sur para beneficios personales. En este caso la idea madre de la fundación FLORA Y FAUNA (sustentada por capitales extranjeros) fue conservar especies en extinción y preservar el equilibrio ecológico, con esa excusa compra tierras y crea un parque nacional, el problema es que al incorporar fauna al lugar como pumas y zorros perjudicó en demasía a los ganaderos del lugar que vieron como moría su activo ovino. El director Juan Dickinson (premiado en varios festivales por otros documentales de su cosecha) nos hace ver las dos campanas de la grieta para que nosotros seamos los que pongamos luz a cada una de las visiones y decidamos de qué lado pararnos, es verdad que hay más testimonios que ven en forma negativa la creación de este parque, pero también deja que se expresen vecinos y guarda parques a favor y también una persona involucrada directamente en la fundación. Las preguntas surgen inevitables: ¿está mal crear un parque nacional?, ¿está mal querer preservar la fauna y las tierras?, ¿será que hay un interés a futuro con la explotación del turismo y del agua?, ¿está bien despojar de tierra a gente que es originaria del lugar o que vive hace muchos años allí?, es verdad que como dice la fundación serán tierras que quedaran para la nación o como dicen los ganaderos son tierras que a futuro serán tomadas en manos privadas, o sea, por la propia fundación? Ninguna respuesta está dada, pero se abre un necesario debate acerca de lo que sucede en muchos sectores del sur con las compras de tierras en manos privadas y los negocios que ellos conlleva. Es el mismo debate el que le da la impronta y la importancia a Proyecto Parque Patagonia (2020), un documental que se torna necesario ver.
Ser judío en los años de Perón Apartir del termino gorila, el director de este documental comienza una investigación acerca de la relación que tuvieron los gobiernos del general Perón entre los años 1945/1955 con la comunidad judía argentina. ¿Qué significa ser un gorila en la Argentina a partir del derrocamiento de Perón en 1955?, el termino empezó siendo utilizado en una tira cómica y cuenta el mito que se tomó de una película llamada Mogambo protagonizada por el actor Clark Gable. Gorila significaba (y significa en la cultura Argentina) ser claramente un antiperonista o estar en contra de las ideas basales del peronismo, al padre del director de este documental se lo llamó gorila en esos años y es a partir de allí que Sergio Shlomo Slutzky realiza varias entrevistas con intelectuales y referentes judíos que vivieron o conocen esa época para desentrañar el porqué de ese término y por añadidura, la relación peronismo – judíos en los años 40/50. El peronismo de los años 45/55 claramente divide aguas entre quienes lo ven desde su inicio como un movimiento que le dio voz y visibilidad a la gente de más bajos recursos, que los ayudó a tener una esperanza en su vida, a realizarse, un gobierno que le dio también oportunidades a las mujeres y realzó su oportunidad de votar, y entre quienes lo veían como un régimen totalitario y fascista que perseguía a sus opositores y buscaba entronizarse en el poder. Es esta misma dicotomía la que nos muestra este documental en relación a las actitudes que Perón tenía con la comunidad judía en Argentina. Algunos realzan como luchó contra el antisemitismo en sus declaraciones y en sus actos, otros ven todo lo contrario, al observar una persona que consideraban acomodaticia a los vaivenes que tenía un mundo en guerra constante. Muy claramente están marcadas las posiciones antagónicas que este movimiento histórico provocó y aún sigue provocando en la sociedad Argentina. Hay muchos matices en cada declaración: un historiador israelí defensor de las políticas peronistas, intelectuales criticando sus posiciones acomodaticias, incluso hermanos con opiniones totalmente disimiles en sus conceptos. He aquí la dificultad del documental en llegar a una conclusión tajante sobre esta relación peronismo – comunidad Judía argentina. De todas maneras se ve una preponderancia en criticar algunas acciones que realizó Perón como la creación de la OIA (Organización Israelí Argentina) en contraposición a la DAIA, donde se habla de judíos militantes que marcaban a otros judíos comunistas para que sean perseguidos, y la abstención de Argentina en 1947 a la creación del Estado de Israel en las Naciones Unidas. Este es un documental valioso donde el director se permite concluir que su padre no era un gorila y donde logra, dar a luz algunos hechos de esa época bastante interesantes para quienes quieran saber y descubrir ciertas acciones del peronismo no tan puestas en foco ni investigadas.