La remake del homónimo y exitoso film francés. Misticismo y baches para una versión por momentos bien trabajada que utiliza una fórmula cansina pero que cumple sin agregar nada ni justificar su realización.
Un pequeño relato sobre el hombre, la mujer y las relaciones. El film de Philippe Garrel le debe mucho a la década de los sesenta porque es el lugar donde se ponen en crisis los preconceptos y las formas establecidas del amor, tanto público como en la vida privada. El espíritu del Mayo francés demuestra que todavía sigue firme y decidida a hacer del cine una declaración de ideologías nuevas y derrumbo de viejos sistemas.