Roberto (José Mota) supo ser un creativo publicitario exitoso, pero ahora está desempleado y debe mantener a su familia. Luego de una fallida entrevista laboral, decide volver al hotel en donde pasó la luna de miel con Luisa (Salma Hayek), su esposa. Grave error. Primero, descubre que donde estaba el edificio ahora hay un museo. Segundo, dentro del lugar tiene un accidente en el que termina con una vara de hierro clavada en la cabeza. Nadie se atreve a sacarlo, ya que podria ser mortal. Pronto tendrá a su alrededor periodistas, curiosos y empresarios inescrupulosos, con quienes Roberto tiene en mente sacar provecho de la situación para ganar algo de dinero...
Está venida como una Tropa de Élite made in Israel. Sí, puede experimentarse cierto sabor a la potente película de José Padhila, pero son productos distintos. Por un lado, un grupo comando antiterrorista. Principalmente, Yaron, su miembro más representativo. Conocemos toda su vida: su relación con su esposa, que está a punto de parir; las reuniones informales con sus colegas; la práctica de ciclismo, donde también trata de sobresalir; los intentos de infidelidad con menores de edad... Por otro lado, un grupo de jóvenes con revolucionarios con intenciones de secuestrar a un multimillonario. Algunos son fieles a su ideología anticapitalista. Otros están más confundidos. Todos están listos para desenfundar cuando haga falta. Inevitablemente, el destino de ambos bandos chocará de una manera trágica...
Cuando ya no necesitan de sus servicios en una fábrica, Antúnez (Daniel Valenzuela) se pone a buscar trabajo en los selvaticos parajes de Misiones, donde vive con su familia. Cuando su situacion se pone desesperante, su compadre le propone ayudarlo en un "negocio" lucrativo. La ópera prima de Fernando Pacheco es una historia sencilla sobre la supervivencia en el interior, que le saca el jugo a los parajes misioneros. La vegetación, los ríos, la tierra colorada forman parte de las andanzas de Antúnez. Y hablando del personaje, Daniel Valenzuela sigue demostrando que le pone garra a cada papel que interpreta y que sigue siendo uno de los actores más importantes del cine argentino moderno. También forman parte del elenco Mónica Lairana y Juan Palomino como un individuo que maneja asuntos turbios...
Luego de la trilogía de El Señor de los Anillos y El Hobbit: Un Viaje Inesperado, El Hobbit: La Desolación de Smaug nos presenta mundos y seres conocidos que, en teoría, ya no sorprenden al espectador. Sin embargo, Peter Jackson vuelve a demostrar que sabe apostar fuerte y logra mantener el interés y el cariño por la Tierra Media. Luego de los acontecimientos de la película anterior, Bilbo Bolsón (Martin Freeman) sigue acompañando a Gandalf (Ian McKellen) y al ejército de enanos en su camino hacia Erebor, reino ahora ocupado por el dragón Smaug. En el trayecto se toparán con distintas razas, como los Elfos Silvanos (muy distintos de los que habitan en Rivendel) y los Orcos, atravesarán obstáculos, y Bilbo tendrá que demostrar todo su valor, al tiempo que se encontrará cada vez más fascinado por el misterioso anillo arrebatado a Gollum...
1994. Por un lado, Ahmed (Mohammed Alkhaldi), una célula árabe preparado para un acto terrorista. Por otro, David (Vando Villamil), un agente de la Mossad en Argentina. Cuando se produce el atentado a la AMIA, es cuestión de tiempo antes de que Ahmed cometa un segundo atentado, que David deberá impedir. Esclavos de Dios funciona como un thriller al estilo de los que se filmaban en los ‘70, y también remite a la obra de Paul Greengrass. Si bien nunca alcanza los niveles de genialidad de aquellos trabajos, tiene sus hallazgos (la película no toma partido ni por uno ni por otro, sino que muestra las luces y las sombras de cada bando) y un ritmo que no decae. Vando Villamil está exacto como David y el debutante Mohammed Alkhaldi no se queda atrás, ya que sabe transmitir la vulnerabilidad y humanidad del personaje...
La nueva película de Verónica Chen ahonda en terrenos extravagantes. Por un lado, la historia de Ana (Haien Qiu), una muchacha de origen chino que no habla el idioma y, mientras se pregunta por su identidad y va lidiando con cuestiones sentimentales, trabaja como inspectora de higiene y descubre un asunto turbio. En paralelo, una trama acerca de experimentos con conejos que convierten a estos animalitos en criaturas devoradoras de otros animales. Ambas tramas se irán uniendo, para desembocar en un no menos esotérico enlace desenlace. La película está mayormente hecha con actores, pero incluye secuencias animadas de estilo animé (dibujo animado japonés), sobre todo para mostrar los ataques de los conejos mutantes. Un recurso que otras veces está usado de manera equivocada (algunas escenas de diálogos) y genera bastante confusión. De todas maneras, el ritmo no decae, hay momentos de tensión (Ana conduciendo en medio de la ruta, siendo observada por los ojos rojos de los conejos, que observan camuflados en el pasto) y hasta podemos encontrar críticas a la experimentación con animales y sus terribles consecuencias...
Coches espectaculares, carácter, velocidad. El mundo del automovilismo es demasiado fascinante como para que el cine pase mucho tiempo ignorándolo. Este subgénero tuvo su apogeo a fines de los ’60 y principios de los ’70, de la mano de obras como las ambiciosas y realistas Gran Prix, de John Frankenheimer, y 24 Horas de Le Mans, protagonizada por Steve McQueen. Luego hubo exponentes interesantes, como Días de Trueno (en varios aspectos, mejor que Top Gun, ya que también contaba con el tándem Tom Cruise-Tony Scott) y la fallida aunque entretenida Alta Velocidad, con Silvester Stallone. Rush: Pasión y Gloria recupera el espíritu de aquellas gloriosas películas de antaño centradas en pilotos icónicos que trascendieron el microcosmos de las carreras de autos. Fórmula 1, década del 70. Por un lado, James Hunt (Chris Hemsworth), un playboy arrogante, mujeriego, atractivo, que se destaca tanto en las pistas como en la cama. En la vereda de enfrente, Niki Lauda (Daniel Brühl), gélido, cerebral, perfil bajo; un genio de la mecánica que logra mejorar el rendimiento de vehículos de por sí espectaculares, y un ganador nato. Dos maneras muy distintas de competir y de vivir, que se detestan tanto como se complementan. En el medio de este duelo, amores, peleas, egos y tragedias personales...
Kick-Ass fue uno de los éxitos sorpresa de 2010. Dirigida por Matthew Vaughn, basada en un comic de Mark Millar y John Romita Jr., presentaba las andanzas de David Lizewski (Aaron Taylor-Johnson), un adolescente simplón que decide convertirse en superhéroe… aunque no tiene ni superpoderes ni agilidad ni fuerza; sólo un disfraz y las ganas de combatir a los malos. En su camino se cruzan otros “entusiastas”: Big-Daddy (Nicolas Cage), su pequeña pero letal hija Mindy/Hit-Girl (Chloë Grace Moretz), y Chris D'Amico/Niebla Roja (Christopher Mintz-Plasse), quien resulta ser el hijo de un temible mafioso. La explosiva mezcla de diversión e hiperviolencia le ganó a la película muchos fanáticos. La llegada de Kick-Ass 2 era cuestión de tiempo. Tras un tiempo alejado de las calles, Dave retoma su carrera como Kick-Ass y pronto se una a una suerte de Liga de la Justicia de superhéroes de la vida real, liderada por un extravagante ex mafioso (Jim Carrey), devenido en hacedor del bien. Por su parte, Mindy, ahora adolescente y bajo la protección de un amigo policía de su padre, intenta dejar su faceta de Hit-Girl para tratar de ser una joven normal, con amigas y novio deportista. Una tarea más difícil que el peor de los criminales. Y hablando de criminales, Chris abandona su traje de Niebla Roja para transformarse en The Motherfucker, el villano de turno, que tiene en mente vengarse de Kick-Ass mediante grandes recursos económicos y temibles matones. Por supuesto, las peleas y la sangre no se harán esperar...
En 2004, el actor Guillermo Pfening presentó el cortometraje Caíto, acerca de Luis “Caíto” Pfening, su hermano menor, que padece una distrofia muscular. El corto ganó el premio Georges Méliès y pasó por varios festivales. Ahora llega el largometraje con el mismo título y protagonista, pero con una propuesta más ambiciosa. Luego de ver los resultados del corto, Guillermo nota que todavía hay mucho más para decir sobre Caíto. Más allá de los tratamientos de rutina, su vida es normal, lo mismo que la relación con quienes le rodean. Y eso es lo que Guillermo quiere reflejar en una película (dentro de la película): las vivencias de su hermano, su relación con el padre y con la prostituta del pueblo, las salidas nocturnas, la amistad con una niña. Para lograr un producto sólido, se suman amigos y colegas de Guillermo: Bárbara Lombardo, Romina Ricci, Lucas Ferraro, Juan Bautista Stagnaro. Y, en el medio, los ensayos, los berrinches, las risas, la vida...
En 2000, Vin Diesel empezó a adquirir status de ídolo interpretando a quien se convertiría en uno de sus grandes antihéroes: Richard B. Riddick, un forajido en un mundo del futuro, capaz de ver en la oscuridad y de sobrevivir en condiciones extremas gracias a su entrenamiento militar en un pasado remoto. Hablamos de la más temible combinación de fuerza, velocidad, astucia e inteligencia. Pitch Black-Eclipse Mortal fue una obra de terror en la que un grupo de personas quedaba varado en un planeta habitado por monstruos que surgían de la oscuridad. Se impuso como un hit de culto gracias al carisma y la presencia de Diesel. De hecho, la secuela llevó el nombre del personaje y, a diferencia de la primera parte, La Batalla de Riddick iba por el lado de una ciencia ficción símil Duna, con un elenco impresionante que hasta incluía a Judy Dench. No fue genial, pero seguía siendo entretenida y contribuyó a expandir la mitología del personaje, que se trasladó al campo de los videojuegos...