El estreno de “Imparable” del británico Tony Scott nos trae nuevamente desde la pantalla grande, en un muy buen trabajo actoral, a Denzel Washington y a Chris Pine como empleados de una empresa de ferroviaria. Denzel Washington interpreta a Frank Banks, un veterano que trabaja hace 28 años como maquinista, en tanto Chris Pine encarna a Will Cousen, el “novato” y responsable del tren 1206, conducido por Frank. En su primer día de trabajo Will y Frank deben llevar unos vagones de carga hasta Wilkins, Pennsilvania, y como es usual en estos casos ignoran qué carga llevan. Por otro lado, desde Wheeling, al norte de Pensilvania, acaba de arrancar un tren con 150 escolares que realizan una excursión denominada “Seguridad ferroviaria”, que pertenece a un programa que se lleva a cabo para concientizar a los menores en la prevención en los cruces ferroviarios y en el uso del tren. También al norte, pero en Fuller Triage, en un tramo de la misma vía que será utilizada tanto por la formación que conduce a la excursión escolar como por el 1206, y un tren detenido, el UW777, al que se le está realizando mantenimiento. Dado que ambos convoy van a circular por esa vía se le pide a Dewey, el maquinista del UW777, que traslade su tren a otra vía. Drwey, molesto por la impaciencia con que se le ordenó el cambio, pone en marcha el tren para ejecutarla a pesar de la advertencia del técnico de mantenimiento, quien le pide que espere porque todavía no están puestos los frenos de aire. Estos frenos sirven para que, desde la oficina de control, pueda frenarse un tren si ocurre alguna eventualidad. Él resuelve seguir porque total es un rato, se cambia la vía y después se puede terminar de poner los frenos, en tanto el tren va a una velocidad casi nula y los frenos funcionan igual que los manuales. Está en marcha cuando descubren que el punto de cambio de vía no está hecho. Dewey decide bajar del tren en marcha para hacer el cambio de vía aprovechando la escasa velocidad y volver a subir. Al hacerlo deja el tren en automático, con lo cual la velocidad se regula automáticamente, pero mientras realiza el cambio de vía la máquina comienza a acelerar. Intenta alcanzarlo pero tropieza y no llega, de manera que el UW777 va solo por la misma vía que los otros, cada vez a mayor velocidad, llevando 39 vagones, de los cuales del 7 al 10 y del 16 al 19 transportan una sustancia llamada fenol fundido que se utiliza en la fabricación de cola. Se trata de una sustancia peligrosa, muy tóxica y altamente inflamable. En resumen, el tren mide 800 metros, circula a alta velocidad hacia una zona poblada transportando 8 vagones llevando una carga peligrosa y casi 20.000 litros de combustible. O sea, un misil del tamaño de un edificio muy, muy grande. La jefa de estación, Connie Hooper, intenta diferentes alternativas para solucionar lo que podría desatar un gran drama, pero sus intentos se van a topar con los obstáculos puestos por los directores de la empresa.quienes se niegan a hacer descarrilar el tren en la única zona no poblada del trayecto evitando de esa manera el desastre. En el interín, Frank y Will intentan llevarse bien a pesar del gran rechazo a los “novatos” como Will porque, en palabras de un compañero de Frank, “todos los días echan a la calle a alguien, pero si ven que cobrás como un novato ya tenés trabajo.” Y a pesar de la insistencia de Will de que no quiere quitarle el trabajo a nadie, para los veteranos como Frank eso no los tranquiliza. Para colmo ni Frank ni Will están en su mejor momento personal. Frank no logra comunicarse con Nicole, su hija, justo en el día del cumpleaños de ella, en tanto Darcy, la esposa de Will, no quiere verlo, lo echó de la casa y no le deja ver a sus hijas. Todos estos ingredientes generan el trailer con excelente suspenso con una formación transformada en un misil que no se puede parar, imparable. El resultado es una pequeña historia en la cual confluyen conflictos personales y sectoriales que gravitan en la responsabilidad laboral, social y humana, expresada mediante un guión bien estructurado, inspirado en hechos reales. Cabe destacar, en cuanto a la realización, la calidad de la fotografía, la dirección de actores, los encuadres y, fundamentalmente, los efectos técnicos, visuales y sonoros, y la meticulosa compaginación. Tony Scott, a través del personaje encarnado por Denzel Washington vuelve a mostrar desde el mundo de los trenes ese universo donde nosotros, los usuarios, cansados o no de usar el “metro”, a veces nos convertimos en víctimas, sea por un asalto (“Rescate del metro 123” -2009-), o porque en una compañía los ejecutivos responsables no toman decisiones a tiempo (“Imparable”). Scott aprovecha para denunciar la corrupción en esas empresas y como, generalmente, somos nosotros los que hacemos lo “heroico” que hubieran debido hacer aquellos a quienes les correspondía asumirlo. Scott pone en evidencia, desde el suspenso y con un mismo actor, Denzel Washington, en “Rescate al metro 123” la corrupción, y en “Imparable” la desidia, el abuso del poder, y tratamiento que se les da a las personas mayores al considerarlas objetos desechables en el ámbito laboral. Como vemos las consideraciones insertas en esta producción refleja algo de lo que “pasa en todo el mundo”. ¿Tendremos una nueva de Scott con los paros del “metro”? Veremos....
Muchos de nosotros conocemos algo de la historia de Sherlock Holmes, o al menos hemos oído hablar de éste singular personaje creado por el escoses Arthur Conan Doyle (1859-1930), médico, jugador profesional de rugby, primer arquero en la historia del equipo de fútbol de Portsmouth, pueblo en el cual vivía el escritor. Holmes aparece por primera vez en 1887, como protagonista de ”Estudio en escarlata”, a la que sumaría otras 19 aventuras. Conan Doyle, además, escribió novelas de anticipación, históricas y obras históricas. Quienes hayan leído alguno de los relatos, o vieron alguna de sus adaptaciones cinematográficas clásicas, particularmente las que tuvieron a Basil Rathbone o Crisrtopher Lee personificando al célebre detective. En este caso el proyecto no tomó como referente uno de los relatos originales, sino que los guionistas desarrollaron una historia alejada de aquellas, sólo inspirada en los personajes Holmes y Watson. A partir de ese libro cinematográfico Guy Ritchie encaró una realización estéticamente distinta de los emprendimiento que le antecedieron, lo cual era de esperar considerando los títulos que integran su filmografía, entre ellos “Snatch, cerdos y diamantes” (2000), “Revolver” (2009), Rockanrolla” (2009), y es lo que se puede apreciar tanto en el marco londinense, el perfil de los personajes, el ritmo narrativo y la violencia ajena al estilo británico, pero común a la industria hollywoodense. Quienes conocen la obra de Ritchie sabían que no respetaría al pie de la letra la creación de Conan Doyle al trasladar sus personajes a la pantalla grande, sino que esperaban algo diferente, y es exactamente eso lo que se puede apreciar en esta apreciación cinematográfica de Sherlock Holmes. La historia se desarrolla en un singular Londres de fines del siglo XIX, pero con características especiales que dificultan su contextualización histórica. En ese Londres subterráneo, en un extraño templo, se está llevando a cabo una ceremonia en la cual una mujer joven va a ser sacrificada conforme a un ritual pagano. La intervención oportuna de Holmes, y su entrañable amigo Watson, frustran la concreción del ritual presidido por el malvado Lord Blackwood, salvando la vida de la doncella., y. al igual que en los relatos de Conan Doyle, minutos después hace su aparición en escena el inspector Lestrade con sus hombres para efectuar el arresto. El perverso Lord es juzgado, condenado a muerte y ejecutado en la horca. Tres meses después Holmes se encuentra recluido en su casa realizando experimentos, en tanto Watson prepara su mudanza como consecuencia de su próximo enlace con Mary Morstan, hecho que pone de mal humor al detective, quien trata de sabotear el proyecto de su amigo. En tanto se concreta la ejecución de Blackwood, quien antes del acto final pide ver a Holmes y anunciarle tres asesinatos más que nadie puede evitar y que él volverá de la muerte. Watson es convocado como médico para asistir a la ejecución y certificar a las autoridades el deceso del reo. Holmes no atiende a los anuncios de Blackwood. Tiempo después de su deceso la sombría personalidad del siniestro personaje se hace presente generando el miedo como forma de control de la sociedad londinense a sus ignotos propósitos. Holmes recibe la visita de Irena Adler, una vieja amiga, mujer astuta y de dudosa reputación, para encargarle la búsqueda de Wine Reordon. En su investigación el detective descubre que su amiga trabaja para alguien más, desconociendo su identidad, asimismo que en la tumba de Blackwood en realidad se haya el cadáver de Reordon. Un interrogante abre la parte final del relato: ¿la supuesta resurrección de Lord Blackwood tiene que ver con algo sobrenatural o puede ser explicado mediante un proceso de lógica? Este nuevo caso de Holmes pergeñado por tres guionistas los personajes de Conan Doyle mantienen su relación con Scotlan Yard, el lugar de la acción, la época y sus costumbres, aunque sin respetarlos a pie juntillas. Incorpora música incidental del siglo XXI, arma de defensa eléctrica, practica de artes marciales chinas cuya introducción en Occidente data de la última década del siglo XIX. El perfil del protagonista es desprolijo, desaliñado, en su aseo personal, desordenado en su vida hogareña, incluso faltando a los modales de caballero británico, mientras presentan a un Watson como denotando capacidad deductiva y abductiva, rasgos ausentes en el original. El resultado es un relato bien articulado, inspirado en Holmes-Watson, que se desarrolla con una visión modernista de Londres de fines del siglo XIX, carente del clásico espíritu británico e impregnado de la estética hollywoodense de la acción por la acción, animada por intérpretes que captaron el estilo de Ritchie. En resumen, una producción entretenida que disfrutarán los seguidores de éste realizador... la duda está en como la recibirán los admiradores del Holmes tradicional.
Venturosa carta de presentación de un nuevo realizador escandinavo “Los hombres que no amaban a las mujeres” es la primera parte de la trilogía de novelas “Millennium”, escrita por Stieg Larsson, que ha vendido más de diez millones de ejemplares en todo el mundo. Por desgracia, Larsson no vivió para ver el fenómeno en que se ha convertido su obra pues murió repentinamente (a los 50 años, el 02 de septiembre de 2004), poco después de entregar los manuscritos a su editor sueco. La historia está centrada en la primera etapa de la saga, de complejo entramado, crudo y violento, formulando una severa crítica a una sociedad turbia, discriminatoria e insensible. Primero de noviembre, Henrik Vanger (Sven-Bertil Taube), cumple 82 años. Se encuentra abriendo ese regalo anónimo que recibe en cada cumpleaños desde hace ya casi cuatro décadas. Como cada año, el paquete, sin ninguna carta, contiene una flor prensada puesta sobre papel, enmarcada con un cristal y un marco sencillo de 29 x 16 cm., un marco que cualquiera podría hacerlo en su casa. La clase de flor varía en cada envío, pero siempre se trata de especies hermosas y, en general, relativamente rara. Esta vez es una flor blanca. Mikael Blomksist (Michael Nyqvist) es declarado culpable por calumnias, injurias y difamación siendo condeno a tres meses de prisión y al pago de 150 mil coronas de indemnización por daños y perjuicios al empresario Wennerström. La carrera periodística de Mikael es amplia y prestigiosa, habiendo publicado numerosos trabajos acompañados de sólida documentación. En el juicio, ni siquiera se defendió, algo que no cierra con su perfil. Es evidente que en “el caso Wennerström” le tendieron una trampa. Mikael junto a Erika Berger (Lena Endre) son los dueños de la revista “Millennium”, lo que da nombre a la trilogía escrita por Stieg Larsson, una revista comprometida con una sociedad.donde los integrantes no temen denunciar cualquier situación a riesgo de su propia vida La participación de Erika en la trilogía es importante. Gracias a ese personaje conocemos las características emocionales de dos personajes principales de la saga: Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander (Noomi Raàce). Los guionistas y el realizador al relativizar el rol de Erika en la adaptación, le quita a dichos personajes de emociones que derivan en un final diferente al sustentado por el libro. El 22 de septiembre de 1966, día del niño, Harriet Vanger, sobrina de Henrik Vanger, desaparece. Al día de hoy su cuerpo no fue hallado. No se sabe nada, aunque se sospecha que fue asesinada. Henrik -propietario de las empresas Vanger, empresas libres de toda sospecha y que proveen a Suecia de elementos para el confort y bienestar social-, con sus 82 años de edad sabe que le queda poco de vida, por eso le pide a Mikael que lo ayude a resolver el misterio. Mikael está completamente seguro de que no logrará resolverlo, pero cede ante la presión de Henrik. Una de las condiciones que pone el empresario es que tiene que pasar el año en Hedestad, en la isla de Hedeby, salvo los tres meses en que debe cumplir la sentencia judicial. El periodista acepta la propuesta y comienza su investigación respecto de la desaparición de Harriet. En estas circunstancias conoce a Lisbeth Salander, (protagonista de la trilogía “Millennium”). Se trata de una mujer de 24 años, pero por su aspecto parece una adolescente. Pálida, casi anoréxica, aunque come mucho, pelo corto y piercings en la nariz y en las cejas., y en el cuello lleva tatuada una abeja de dos centímetros de largo y su espalda está casi cubierta por el tatuaje de un dragón. Una investigación que pondrá sus vidas en peligro y que mostrará las formas más crueles del maltrato y la violencia hacia la mujer. Lisbeth, después de ocurrido “todo lo malo” debe someterse a un tutor. “Todo lo malo” es uno de los ingredientes a descubrir a lo largo de la trilogía. Se le asigna un tutor a alguien que es declarado incapacitado legalmente. El punto es que, desde 1989, ya no existe el concepto de “incapacidad legal” para las personas adultas. Sin embargo, el gobierno sueco sigue aplicándolo hacia la persona de Lisbeth. Hay dos maneras de ejercer el tutelaje: con un tutor y con un administrador. Un tutor actúa de forma voluntaria prestando ayuda a personas que, por diferentes motivos, tienen problemas para apañárselas en su vida diaria, pagar las facturas o cuidar de su higiene personal. Por lo general, se designa como tutor a un familiar o a un conocido. Si tal persona no existiera, son las autoridades sociales las encargadas de designarlo. El tutor ejerce una forma leve de tutelaje en la cual, el principal afectado –la persona declarada incapacitada- controla sus bienes y en la que las decisiones se toman de mutuo acuerdo. La otra manera es aquella en la cual el administrador ejerce una forma de control más estricta, en la que el sujeto en cuestión es privado de su derecho a disponer de su dinero y de tomar decisiones en diferentes asuntos. En Suecia, hay más de cuatro mil personas con administradores. Las razones más frecuentes suelen ser una enfermedad psíquica manifiesta o una enfermedad psíquica combinada con graves abusos de alcohol o narcóticos. Una pequeña parte la componen individuos con demencia senil y un número llamativamente alto de personas jóvenes de 35 años o menores. Una de ellas es Lisbeth Salander. Privar a una persona del control de su propia vida –de su cuenta corriente- es una de las medidas más humillantes a las que puede recurrir una democracia. Lisbeth no sólo será humillada, sino, además, abusada por un tutor nuevo que le asignan: Nils Bjurman (Peter Andersson).Dicho abuso tendrá bastantes consecuencias que llegarán a su climax en “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” (Millennium 2), para tendrán un desenlace sorprendente en “La reina en el palacio de las corrientes de aire” (Millennium 3). Larsson no duda en mostrar una Suecia que no es la del cuento de hadas. Que, también, como en otros lugares del mundo, oprime a sus habitantes en nombre de la democracia. Una Suecia oscura y corrupta. Los guionistas Nicolaj Arcel y Rasmus Herderberg realizaron una muy buena adaptación, más allá de las diferencias narrativa que se puede observar en relación con la novela, las que no afecta la esencia del original Respeta sustancialmente el tema, la historia desarrollada y el objetivo que aflora en la obra literaria. Por su parte Niels Arden Oplev (dinamarqués de 49 años) encaró su quinto largometraje (el primero que se estrena en el circuito comercial de la Argentina) “como un drama mezclado con misterio” considerando a “Lisbeth una oscura rebelde y Blomqvist un perro guardián de izquierdas”. Se propuso “hacer una película con emociones fuertes, personajes fuertes y contravertidos, una historia intrigante Ese es mi sello, y es algo que ya estaba presente en los libros.” Además “quería que todas las pequeñas pistas y detalles del libro de Larsson estuvieron ahí, viejas fotos, viejas filmaciones del accidente del puente, Lisbeth con su memoria fotográfica... quería que la película fuera atrevida como el libro, que es capaz de mostrar una cara oscura de la sociedad.” Al ver esta producción se puede apreciar que el resultado es ampliamente positivo por la densa atmósfera que persiste con singular dramatismo, manteniendo en el espectador un sostenido interés durante los 151 minutos sin desperdicio, sustentados con inteligencia y claridad desde los encuadres hasta la compaginación, incluidas fotografía, ambientación y música, con un elenco integrado por actrices y actores de buen nivel y equilibrada calidad. Lo que Larsson quiso sugirió y propuso literariamente, Niels lo respetó traduciéndolo en imágenes que no dejan indiferente al cinéfilo. La expectativa queda abierta para la llegada de Millennium 2: “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, cuyo estreno podría tener lugar antes de fin de este año, y Millennium 3.” La reina en el palacio de las corrientes de aire”, que llegaría a los cines durante el 2011. Las historias nos van a presentar, por un lado, toda una investigación sobre el trafficking –trata de blancas- y la forma más cruel e impune de este delito; por otro, una investigación que lleva a la muerte al periodista Dag Svensson y a la criminóloga Mia Bergma. Esto, a su vez, llevará a una red intrincada donde Milton Security, Mikael Blomksist, Erika Berger, Lisbeth Salander y nuevos personajes se verán atrapados en la misma, culminando la tercera y última parte en juego de intrigas donde todas las partes parecen llevar las de ganar y nos mantendrá en vilo hasta las hojas finales de esta historia. Millennium, es una trilogía recomendable para ser leída y, al menos en la traslación a imágenes del primer libro, para ser vista y mirada con detención..
“MR73. La última misión” comienza en un colectivo, con una persona borracha que amenaza, arma en mano, al chofer, quedando el resto del pasaje como rehén. A partir de allí se descubre que este personaje, Schneider, es un policía que, en el pasado, fue de los mejores y que, por una tragedia, su vida se fue hundiendo igual que él, en el alcohol. “Todos somos una bomba a punto de explotar” –dice al comienzo uno de los personajes. Y podríamos pensar que esta “bomba a punto de explotar” es la realidad social, en la que estamos inmersos y que el realizador nos muestra con tanta crudeza. ¿Cómo no estallar? Cuando el sistema judicial deja libre e impune a seres siniestros como los representados en “MR73”, ¿cómo no estallar? ¿Hay salida? Las respuestas quedan planteadas en Schneider y en Justine, dos alternativas que se nos presentan a lo largo de esta historia, una historia oscura y depresiva. “MR73” simboliza una de las posibles “salidas”. No la que yo elegiría. Este filme completa la trilogía comenzada en “Gangster”. Le sigue “El muelle” y por último “MR73”. Basada en hechos reales, puede verse sin necesidad de conocer las anteriores. Un policial distinto. Un policial que dispara la crudeza de un sistema a punto de estallar