A diferencia de «Lincoln», de Steven Spielberg, que se cuenta muy lentamente y con grandes escenas que bien pudieron ser suprimidas, me gustó mucho la manera en que se cuenta la historia en «Argo» (2012). Creo que la palabra suspenso es la clave de la película. Desde el inicio el suspenso va creciendo, hasta llegar a una meseta de gran intensidad casi hasta el final de la película. La dirección, a cargo de Ben Affleck, es verdaderamente buena. A mi parecer Ben Affleck va con seguridad por el camino ya recorrido por otros grandes directores-actores que actúan y se dirigen a sí mismos, como por ejemplo Clinton Eastwood o Mel Gibson. El manejo de la cámara por momentos da la sensación de estarnos presentando un documental periodístico en el mismo lugar y a la misma hora de los hechos, lo cual le da mucho realismo a la cinta. Además, bastante bien ambientada en los años ´70, el trabajo de la dirección de arte es excelente. La trama, que se mueve entre Irán y Estados Unidos, nos lleva hasta el conflicto de los rehenes de 1979 y la intervención de una turba enardecida de iraníes que irrumpe en la Embajada de los Estados unidos en Irán, cuya protesta se debe al apoyo y asilo que el gobierno gringo le ha ofrecido al depuesto Shah de Irán. En cuanto a la historia que se cuenta, resalta la responsabilidad y el coraje del personaje Tony Méndez (Ben Affleck). Debido principalmente a que ese personaje está basado en hechos reales, uno desea verlo y sentirlo en una realidad palpitante, y Affleck, que entendió muy bien esto, hace un trabajo justo y adecuado con su papel y le imprime una credibilidad bastante fuerte a su personaje. Tony Méndez, un miembro de la C.I.A., es el encargado de rescatar a los seis rehenes estadounidenses escondidos en la Embajada de Canadá en Irán. En cuanto a la veracidad de la historia, Irán ya se pronunció negativamente en cuanto a la victoria de «Argo» en los Globos de Oro. Sería bueno ver una película iraní con su propia versión de la historia. Pero aparte de las controversias y las sorpresas que giran alrededor de esta película, «Argo» es un drama que vale la pena ser visto, una película de esas que cuando alcanzan su final nos dejan un muy buen gusto de satisfacción.
Cuando una película de suspenso mantiene al espectador pegado a la silla, con un interés genuino por mirar lo que sigue después de cada escena, entonces el guionista y el director han conseguido su objetivo. Los guionistas de «Los hombres que no amaban a las mujeres» son Nikolaj Arcel y Rasmus Heisterberg, y se basaron para escribirlo en la novela del mismo nombre, de Stieg Larsson. Pero esta película también tiene un toque policial, investigativo y de búsqueda de la verdad, que proporciona esperanzas de justicia, en un mundo oscuro en donde el poder del dinero retuerce las cosas a su antojo. No he visto todavía la versión hollywoodense («La muchacha con el tatuaje del dragón», que se estrenó en el 2011), pero la película de la que hoy escribo vio la luz en el año 2009 y fue dirigida de una manera espectacular por Niels Arden Oplev. Hay dos personajes principales en la trama, que son: Mikael Blomkvist (interpretado por Michael Nyqvist) y Lisbeth Salander (Noomi Rapace). No es mi intención contar el argumento de la película aquí; sino más bien, destacar el personaje Lisbeth Salander y la actriz que le dio vida: ambas, personaje y actriz están fusionadas totalmente, de tal manera que Salander resulta tan creíble física como psicológicamente. El personaje de la chica inteligente, astuta, sufrida, anti-social, atrevida, observadora, vengativa, está tan bien construido y asumido por Noomi Rapace, que su sola presencia en la pantalla es ya una fuerza incontenible y de sostén de la historia, que atrapa al espectador inevitablemente. Pero no se vayan a creer que la película gira sólo alrededor de esta chica. Para nada. El argumento es rico en personajes y está lleno de bellas imágenes que lo refuerzan. La verdad que al terminar la película quedé impactado por varias horas. La prueba final para mí es que si ese impacto continúa hasta el día siguiente, entonces vale la pena escribir sobre ella, vale la pena recomendarla. Y sí, «Los hombres que no amaban a las mujeres» es una película que no deben perderse.
Esta extraordinaria co-producción entre Rumania, Bélgica, Italia y Francia, y que vio la luz en el año 2009, fue dirigida por Radu Mihaileanu. El largometraje empieza cuando AndreyFilipov (interpretado por el actorAleksey Guskov), quien se encargaba de la limpieza del teatro Bolshói (Moscú,Rusia), se entera casualmente, a través de un fax, que desde Francia están invitando a la orquesta Sinfónica del Bolshói, para hacer una presentación. Filipov, aunque trabaja, como ya dije, en la limpieza, es en realidad un prestigioso director de orquesta que fue degradado durante una época en que se perseguía a los judíos; él se negó a sacar a los judíos que había en su orquesta y el régimen autoritario lo castigó con la humillación, prohibiéndole volver a dirigir. La trama de la película se centra precisamente en ese concierto que deberá realizarse en París. Este evento desata, de una manera inesperada, la esperanza de Filipov y de sus amigos músicos. Es importante entender la presión política a la que están sometidos Filipov y sus amigos músicos. Y una manera que usaron los guionistas para entender esto es a través del trabajo de la esposa de Filipov, quien vive de conseguir multitudes, organizar gentes en papeles de extras, ya sea en manifestaciones a favor del régimen político (o para la boda de algún mafioso),con el objetivo de dar la impresión de que el evento que se esté realizando es muy concurrido y es todo un éxito, con lo cual se nos expone una cara no muy bonita de la sociedad de Rusia. Pero volviendo a la historia medular, Filipov entusiasmado, poseído por una fiebre que sólo puede curar la música, organiza una orquesta con sus viejos amigos y decide hacerse pasar, a escondidas por su puesto, por el Bolshói y sustituirlo en su presentación en París. Me gustó mucho la manera en que abordó la ilusión del director Filipov, es decir, la de volver a dirigir, el detener bajo su batuta a todos sus músicos e interpretar a Tchaikovsky. Filipov tiene una obsesión, pero de tipo artística, con el músico ruso Tchaikovsky, y éste es un punto importante de la trama y también del desenlace de esta película. Por supuesto que no les voy a contar la historia de la película; pero sí les diré que los amantes de la música que decidan verla, no quedarán decepcionados. Y a los que no aman tanto la música, pero sí las historias con buen argumento,salpicadas de buen humor y con un final intenso, les diré que esta es una cinta que no querrán perderse. El final, mientras toca la orquesta en París, con la violinista estrella Anne Marie Jacquet (interpretada por la actriz francesa Mélanie Laurent), en medio del ímpetu de la música, se entregan al espectador los últimos detalles con que se cierra la historia. Me gustó mucho la manera en que el director contó el final, no sólo por las reveladoras palabras, sino por la imágenes que en ningún momento se debilitan. Es un final casi orgásmico, por su ardor artístico, pero también por la dicotomía de por lo trágico y lo reivindicativo que se mezcla en las últimas tomas. Por cierto, el guión fue escrito por Radu Mihaileanu y Alain Michel Blanc. Para terminar, quiero decir que esta película es totalmente recomendable y la puedo describir con una sola palabra: maravillosa.