CULTURA, ARTE Y EVENTOS Por Patricia Chaina Motor cine: Tres anuncios por un crimen Parado entre Tarantino y los hermanos Coen, Martin McDonagh acaricia lo áspero para reflexionar con mucho humor sobre la condición humana. En un drama cargado de ironía, la oscarizada Frances McDormand revalida sus títulos. (Por Patricia Chaina (Especial para Motor Económico)) En Tres anuncios por un crimen, el realizador anglo irlandés Martin McDonagh –aquí también guionista- traza una curva creativa entre el asesinato de una adolescente y la moral del norteamericano medio: insensible, machista y racista. Alumbra una escena cruel sin redención ni sosiego. Apuesta al odio para socavar la corteza porosa de la indiferencia. Y configura una heroína: Mildred Hayes, una mujer desesperada por justicia para su hija asesinada, dispuesta a reclamar a viva voz respuestas ante la inacción policial. Un personaje que encuentra en Frances McDormand la ductilidad perfecta para materializarse. La historia toma posición de largada en las afueras de Ebbing, en una ruta abandonada donde la cartelería publicitaria quedó en desuso. Allí, esta mujer coloca tres gigantografías incendiarias. La primera sostiene: “Violada mientras moría” y con ese impulso de lo atroz, la película atraviesa el estado de Missuri y llega al corazón del espectador. Porque la firmeza de carácter de la protagonista es tan estoica, como obtusa es la mirada de ese pueblo y de esa policía local. Un drama cargado de ironía que avanza como un policial negro sostenido por la emotividad. Sin embargo, cuando todo parece encaminar hacia el film-noir, ese estilo tan norteamericano donde todo termina irremediablemente mal, Tres anuncios por un crimen, pasa del drama a la comedia sin solución de continuidad, al estilo Tarantino, y sin artificios. Con un ribete western, además. El humor funciona como punto de apoyo y lo áspero se convierte en oportunidad: Fargo y la influencia de los Coen, pero con otra paleta de colores, menos fría. McDonagh maneja la ironía con tono expresionista, es grandilocuente y en el sarcasmo se lucen los pequeños gestos. Las actuaciones: todas descollantes. A la par de McDormand, el cuestionado comisario Willoughby está en las manos de un impecable Woody Harrelson, y el prototipo del desquiciado agente Dixon en una versión muy genial de Sam Rockwell. Evolucionan con los acontecimientos. Y se trata de acontecimientos demenciales. Y podría ser real. Esta certeza acompaña al espectador en cada escena, porque la magia creativa de McDonagh en la dirección abusa de lo terrible, para posicionarse en un escenario que pone a prueba permanentemente, la paradoja de la comprensión en las almas asoladas por la hostilidad. Derecho al Oscar: Estrenada en 2017, Tres anuncios para un crimen, entra por la puerta grande a competir por el Oscar. Está candidateada para los rubros: Mejor película, actriz protagónica, actores de reparto, guion original, edición y música original. No entró Martin McDonagh como director. Pero estas seis nominaciones, garantizan varios premios para su película. Lo obvio pero merecido, es la estatuilla para la protagonista, quien ya se impuso en la industria: Frances McDormand ostenta la potestad de la “Triple Corona de la Actuación”: Óscar a mejor actriz por Fargo, Premio Tony como mejor actriz por la producción de Broadway Good People (2011) y el Emmy como mejor actriz en miniserie por Olive Kitteridge (2014). tres anuncios.jpg **FICHA: **Tres anuncios por un cimen. (Título original: Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Missouri, EE.UU.) Reino Unido, 2017/Guión y dirección: Martin McDonagh/Música: Carter Burwell/Edición: John Gregory/Elenco: Frances McDormand, Woody Harrelson, Sam Rockwell, Peter Dinklage. Duración: 115 minutos/Calificación: apta para mayores de 16 años.
CULTURA, ARTE Y EVENTOS Por Patricia Chaina Motor Cine: Las grietas de Jara Crímenes sin castigo y ambiciones desmedidas. Las actuaciones y el clima de suspenso sostienen la nueva película de Nicolás Gil Lavedra basada en otro best seller de Claudia Piñeiro. (Por Patricia Chaina (Especial para Motor Económico)) Escribir una novela es lo más parecido a construir un edificio solía decir el mexicano Carlos Monsivais. La comparación hace evidente el arte de la composición donde una buena historia comienza con un planteo de estructura y se corona con un rito final. En ese paradigma Claudia Piñeiro es una experta. Las grietas de Jara (2009) es su cuarta novela llevada al cine (tal como Tuya, Las viudas de los jueves y Betibú). Y aquí utiliza la construcción de un edificio para hablar de lo que puede esconderse en lo trivial, de los secretos y del temor que acecha a la moral resquebrajada de una sociedad indolente, cuando éstos pueden quedar al descubierto. Sin embargo, en la trasposición al cine, y aun cuando durante gran parte del filme la tensión crece y el suspenso se mantiene, las últimas escenas no logran el impacto que el guion le permite y le restan brillo al resultado final. Nicolás Gil Lavedra (Historias verdaderas: La vida de Estela) dirige un elenco sólido y permeable a las afecciones que impone el guion: Joaquín Furriel, Soledad Villamil y el español Santiago Segura serán los arquitectos encargados de diseñar una deformidad que les permita seguir con sus vidas a pesar de las oscuridades por las que trajinan. Pero, siempre alguien puede ir más allá. Y Oscar Martínez, como Nelson Jara, será el responsable de forzar ese límite. En una sociedad sometida a la manipulación y los encubrimientos, la trama no pasa desapercibida. Habla de un crimen sin castigo y del peso del remordimiento. En ese esquema, Furriel se lleva la mejor parte, logra consistencia real para su personaje, el opaco Pablo Simó, atrapado entre la falta de escrúpulos de su entorno profesional y la inercia de un matrimonio con 20 años a cuesta. Laura Novoa como su esposa está entre lo mejor de la película. Y solo la inocencia de una hija adolescente aporta el humor necesario para hacer llevadera su rutina. Así, aunque el buen giro final que aporta la novela no logra aquí el impacto clásico del género, trama y actores se confabulan para ubicar a la película entre los títulos fuertes de la temporada. Aunque, hay que decirlo, además de perderse la fuerza final del thriller, Gil Lavedra desperdicia las dotes de Adonis de un actor como Furriel, ya que tampoco se permite jugar la emoción cuando las escenas piden la apasionada desmesura del sexo, y teniendo a Furriel como protagonista, eso es casi, un desperdicio… las-grietas-de-jara-pelicula-poster.jpg FICHA: Las Grietas de Jara (Argentina/ España, 2018) / Dirección: Nicolás Gil Lavedra / Guión: Nicolás Gil Lavedra y Emiliano Torres/ Elenco: Joaquín Furriel, Oscar Martínez, Soledad Villamil, Sara Sálamo, Laura Novoa, Zoe Hochbaum, Santiago Segura/Duración: 100 minutos
CULTURA, ARTE Y EVENTOS Por Patricia Chaina Motor Cine: 27, EL Club de los Malditos Con Diego Capusotto muy bien acompañado por Sofía Gala y secundado por un elenco donde se luce Daniel Araoz, el cine de acción y fantasía está de fiesta: la nueva película de Nicanor Loreti es una opción ideal para el verano. (Por Patricia Chaina (Especial para Motor Económico)) Una noche, en el verano más caliente en los últimos veinte años, Leandro de la Torre (El Polaco), famoso cantante punk, cae desde la ventana del hotel donde le festejaban su cumpleaños número 27, una fatalidad rodeada por el glamour, es la maldición de las celebridades del rock. Justo una fan (Sofía Gala) registra esa caída en un video de su celular. Así comienza esta loca y adrenalínica historia de intriga policial, conspiraciones internacionales, fanatismo por el fútbol y mística astrológica. Elementos tan disímiles que solo pueden ser catalizados por la osadía de un director como Nicanor Loretti, y bien jugados en escena amparados por la magia y la comicidad de un excéntrico héroe: el teniente de la Policía Federal Martín Lombardo interpretado por Diego Capusotto. Esta nueva propuesta de Loreti (Diablo, Kryptonita, y su serie secuela: Nafta Súper), por supuesto, no deja nada, ni a nadie por fuera de la trama del absurdo. Consolida un género, esquivo para el cine en la Argentina. Y ofrece una película de impecable factura técnica, aun cuando el sonido (una debilidad histórica del cine nacional) opere por debajo de los decibeles de prolijidad previstos para tal performance. No le hace al resultado final donde las actuaciones y el ritmo de la historia, sostienen una trama desopilante, sobreadaptada al formato que la contiene. La nueva aventura cinematográfica de Loreti se encuadra en las viñetas del comic para atravesar la realidad. Ingresa a un mundo de fantasía donde un excombatiente puede ser teniente de la Federal, y sin pedir permiso suma a los genios de la música muertos a los 27 años (Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Brian Jones, Amy Winehouse ó Sid Vicious) para confabular contra el aburrimiento y dotar al verano austral de una película para reír y para recordar. La participación de Alex Cox (el realizador inglés, director de Sid y Nancy) en el guion de 27, le aporta una insólita dosis de realismo a la desopilante narrativa, y su reflejo, en los segmentos en los que “se reconstruyen” las muerte de las celebridades del rock a manos de un comando parapolicial liderado por el más malo de todos los malos (una versión ácida y genial de Daniel Araoz), le dan a la historia un giro intrépido y atrevido, pero a la vez convincente. El público, agradecido. El club de los malditos flyer.jpg FICHA: 27, el club de los malditos (Argentina, 2017) / Dirección: Nicanor Loreti / Guión: Nicanor Loreti, Alex Cox y Paula Manzone / Elenco: Diego Capusotto, Sofía Gala Castiglione, Daniel Aráoz, Willy Toledo / Duración: 80 minutos / Calificación: Mayores de 13 años. Periodista. Colaboradora de Motor Económico
Algo Fayó. Nuevo documental de Santiago García Isler, dedicado al insólito y desaprensivo mundo de Pablo Fayó, que hoy canta tango en los bares porteños despreocupado del sello legendario que impuso a la historieta en los ’80. (Por Patricia Chaina (Especial para Motor Económico)) ‘Para mí el verdadero éxito es el éxito fácil, y si es inmerecido, mejor–sostiene Pablo Fayó en el documental que lo retrata: “Algo Fayó”-. Lo otro es laburo. Si no es fácil, no me gusta. Odio el éxito difícil. Si tengo éxito en algo gracias a mi esfuerzo, el cansancio me impide disfrutarlo’. Con esta consigna, el joven Fayó transitó las veredas de Vicente López y llegó a San Telmo para iluminar la mítica redacción de Fierro con personajes emblemáticos y distorsivos para la época: Agapito, Shotaro, ó Pamela y el extraterrestre. Es que la historieta de Fayó abrevó en la tradición norteamericana del ‘60, cuando eso en el país era un exotismo. Lo dicen sus amigos dibujantes Esteban Podeti, Diego Pares, o su primer editor Juan Saturain, cuando el documental ya deja claro que no se trata de un film tradicional. Y que su personaje no es un héroe de las bellas artes. O quizá si, porque “Algo Fayó” muestra un mundo donde los mandatos y las motivaciones artísticas pasan a segundo plano. En primer plano esta la vida, la que eligió Pablo Fayó desestimando habilidades para mantenerse fiel a sí mismo. A la sutileza de sus decisiones. A lo que vendrá cuando en la noche porteña, ya no viene nada más que esa claridad entre los edificios que anuncia otro amanecer. "Algo Fayó", es el segundo documental de Santiago García Isler. En 2014 estrenó “A vuelo de Pajarito”, sobre su padre, el periodista Rogelio García Lupo. Y aunque se desempeña con destreza en rubros que van desde el guion a la fotografía, “Algo Fayó” lo confirma como documentalista, ya que se trata de un ecléctico pero a la vez sólido film sobre una vida sin aspavientos, la del dibujante que “se escapó de su propio cómic y devino en personaje de la noche porteña”, como el mismo director explica. “Algo Fayó” se instala así en lo cotidiano para darle forma a una vida real, con humor real, con risas adolescentes con ecos de barrio sin luces de neón. Esa es la gracia de García Isler, mostrar a Fayó de noche en el Boliche de Roberto o en las mañanas de sol de una pensión de La Paternal. Al natural. Su padre, su hija, los amigos, los viejos dibujos, la noche bohemia. Y cuenta cómo en el umbral de éxito, Fayó colgó el plumín, y guitarra al hombro dejó el barrio. Desde entonces recorre los bares interpretando tangos “a la gorra”. Sobrevive, se ríe, canta, mira afectuosamente su pasado, y avanza hacia un nuevo día, con sencillez, con delicadeza, y juega a la vida, siempre. algo-fayo-c_8205_poster2.jpg FICHA: Dirección: Santiago García Isler / Guión: Santiago García Isler – Esteban Podeti – Horacio López / Cámara y fotografía: Alberto ‘Carpo’ Cortes / Animaciones: Pablo García Verdeja / Realización de títulos y viñetas: Lucas Nine / Una producción de Matilde Michanie / Duración: 86 min. / Calificación: ATP
Las pelis imperdibles del 2017 En un año donde los estrenos nacionales colmaron las salas de cine, Motor Económico recomiendas tres títulos: los imperdibles de 2017. Para ver y volver a ver en diversas plataformas: CINE.AR ó Nettflix, y por supuesto en salas. (Por Patricia Chaina (Especial para Motor Económico)) 1) Zama: Una gran película. Enorme y onírica. Con voces que pueblan y repueblan escenas de una ambientación impecable, situada en 1790. La obra con la que Lucrecia Martel vuelve al ruedo después de diez años sin filmar, es su propia novela de caballería. Basada en la novela de Antonio Di Benedetto (1922-1986) cuenta sobre un funcionario de la corona, en América, que espera carta real para volver a España. Mientras espera y es leal al rey: traiciona, acusa sin razón, firma falsas denuncias hasta que, ya despojado de toda dignidad se va con una patrulla caza recompensas tras un bandido portugués. Y encuentra la desmesura de la selva. Son esos los mejores momentos de la película. Donde el argumento presenta su eje: el de un hombre que decide su destino. Aquí es donde la película hace valer todo lo que inicialmente parece un exceso: el ritmo cadencioso, la letanía, la repetición, las figuras fantasmagóricas, lo onírico. Martel se confirma como una directora capaz de crear sus propias formas cinematográficas. Ya lo hizo con La Ciénaga (2001). Ahora nos ofrece en esta versión del mundo colonial, no una película de “ellos”; los portavoces del mundo occidental, como en principio puede creerse; sino un caleidoscopio de esa fusión violenta y cruel que es la conquista, donde lo americano estalla en mil colores y se desangra para volver a nacer, cromáticamente, y soportar las nuevas heladas. Afiche-Zama.jpg Ficha Zama: ELENCO: Daniel Giménez Cacho, Lola Dueñas, Juan Minujín, Daniel Veronese, Vando Villamil / PRODUCCION: Argentina, Brasil, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, México y Portugal. / COPRODUCTORES: Pedro y Agustín Almodovar, Juan Pablo Galli, Juan Vera, Susan Rockefeller, Georges Schoucair, Juan Perdomo, otros. PRODUCTORES EJECUTIVOS: Angelisa Stein, Gael García Bernal, Diego Luna.
La novia del desierto: Fue la grata sorpresa del año. Esta película protagonizada por Claudio Rissi y la chilena Paulin García; es una coproducción argentino chilena y cuenta maravillosamente una anécdota pequeña, la del encuentro entre Teresa y ‘el gringo’, en los alrededores del santuario de La Difunta Correa. El desierto sanjuanino oficia como paisaje y protagonista de esta suerte de road movie, que es la opera prima de las directoras Cecilia Atan y Valeria Pivato. Las actuaciones son precisas y generosas. El ritmo fluye sugerentemente. La música todopoderosa impregna el relato y logra que el clima pueda ir del tono de desconfianza al romance, con naturalidad. El filme se presentó como un work in progres en Venezia, y eso le dio impulso para abrir su distribución al mercado mundial: se estrenó comercialmente en 15 países. Muchos de los cuales, son plazas difíciles para el cine local, como Francia, Estados Unidos, China y Brasil. La novia del desierto.jpg Ficha La novia del desierto: ESCRITA Y DIRIGIDA POR: Cecilia Atan y Valeria Pivato / ELENCO: Paulina García, Claudio Rissi / FOTOGRAFÍA: Sergio Armstrong / MONTAJE: Andrea Chignoli / MÚSICA ORIGINAL: Leo Sujatovich / PRODUCTORES ASOCIADOS: Zona Audiovisual / Haddock Films / CLASIFICACION: ATP
QTH, el absurdo y lo siniestro de Malvinas Con Osqui Guzmán como protagonista, QTH suma un nuevo título a la filmografía sobre Malvinas. El absurdo le permite al actor jugar con el ridículo y componer un personaje emblemático. Basada en un relato oral. (Por Patricia Chaina. (Especial para Motor Económico)) QTH es un código naval utilizado para reportar las posiciones de los barcos en alta mar. Y también el título de la película con la que Alex Tossenberger –generación Malvinas, 1963-, le aporta variación al género. QTH escapa a la narrativa tradicional concentrada en el epicentro del TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur): las islas y su entorno de altamar; o en la vida en el continente antes, durante y después de la guerra. QTH amplifica un hecho ocurrido en un micro mundo, una guardia costera del Canal de Beagle. Y cuenta sobre la relación entre el suboficial al mando interpretado por Osqui Guzmán y su tropa; un cabo (Jorge Sesán) y dos marines, colimbas; uno porteño (Juan Manuel Barrera) y el otro, tucumano (Gonzalo López Jatib). Sobre ese eje rueda la película. Y sobre la caracterización de Guzmán, compuesta sin fisuras entre la crueldad y el ridículo. Tossenberger recupera una anécdota de guerra conocida entre los veteranos y los especialistas. Se trata de una serie de sucesos atravesados por el puñal de doble filo que fue Malvinas: Por un lado la guerra con Inglaterra y por el otro, el espíritu homicida de nuestras propias Fuerzas. La historia pequeña lo evidencia. Cuatro personajes. Pocos recursos. Y la amenaza permanente de la invasión. Hay dolor, impotencia y muerte. La crueldad de la guerra. Y hay humor, absurdo por supuesto; un sello de Guzmán, un guiño por fuera de la escena. Porque la película no es una caricatura de época. Pero el absurdo marca su interpretación y también la tensión del relato. Su personaje rapaz y deshumanizado concentra la magia pendular del filme. Sobre él se articulan las actuaciones, el clima, el ritmo. La versatilidad de Guzmán le permite componer un personaje siniestro y dotarlo de empatía. Empatía con la composición, no con el personaje. “Esto es una película”, parece decir el actor –el nuevo Bululu-, y juega en los extremos. Su personaje advierte desde el absurdo, la ridícula y lacerante ferocidad de los mandos militares que llevaron a la Argentina a la guerra, sin quitarle peso dramático al conflicto, sino todo lo contrario. QTH afiche.jpg FICHA: Título: QTH/ País: Argentina/ Director: Alex Tossenberger/ Elenco: Osqui Guzmán, Gonzalo López Jatib, Juan Manuel Barrera, Jorge Sesán/ Música: Mauricio Annunziata/ Locaciones: Ushuaia, Almanza, Tierra del Fuego.