Inferno: Armando un rompecabezas sin sentido. Luego del “El Código Da Vince (2006)” y “Ángeles & Demonios (2009)”, el trío de Ron Howard, Tom Hanks y Hans Zimmer vuelven a reproducir otra obra de Dan Brown. Luego de siete años de su última adaptación, el tercer libro del reconocido escritor de “best-seller” (Dan Brown): Inferno se lleva a la pantalla grande donde la figura de Tom Hanks retoma al protagónico y es acompañado por la sonrisa de Felicity Jones y la mirada estoica de Omar Sy. Ya conocemos a Robert Langdon (Tom Hanks), un profesor académico experto en semiología que sorprendentemente lo abarca todo desde historia universal, literatura, música, religión, lingüística hasta un poco de idiomas en su cabeza. Gracias a que pudo iluminar dos grandes misterios que ocultaba la Iglesia Católica durante siglos (y que estuvo casi obligado a desmentir), obtuvo gran respeto y reconocimiento a nivel mundial. Sin embargo, continúa siendo un ordinario educador intentando vender sus libros y enseñando en un tranquila universidad. La primicia es simple. Un visionario (Ben Foster) quiere desatar una plaga para “purificar” la humanidad en la que vivimos a través de un virus que nadie conoce y no se ha visto anteriormente. ¿La única forma de encontrar la amenaza? Tener que conocer la “Divina Comedia” de pies a cabeza ya que el terrorista dejó una serie de pista para que alguien lo encuentre antes de la ejecución. Ahora resulta que Langdon tiene este dantesco acertijo que resolver (como en sus anteriores epopeyas hace de Alan Turing descifrando enigmas que nadie podría aclarar) pero con un agregado fresco: tiene amnesia por lo que no recuerda lo ocurrido 48 horas atrás y deberá averiguar todo mientras despeja su memoria. Todo un nuevo juego desafiante. Además del protagonista, quedara enredada su nueva compañera la doctora Sienna Brooks (Felicity Jones) quien la acompaña desde el despertar en el hospital y es a la única a quién confía plenamente. Es un lastima que el actor conocido por “Días felices” no haya podido sacarle todo el juego a esta sorprendente actriz que queda casi apagada y olvidada. El guión escrito nuevamente por David Koepp (había co-escrito “Ángeles & Demonios” , 2009) sigue la línea ideológica del director quien se ha empeñado en sus dos anteriores producciones hacer crítica a la tecnología y nuevo contexto social. No se pierdan los asombroso diálogos que recurren a la forma de comunicar de los millennials. Un ejemplo fue “Ah, yo uso Google” de Sienna contestando a Robert en un escena ; o el uso de tablets y drones en la policía, entre otros. En cuanto a los personajes secundarios, Irrfan Khan (“Jurassic World” 2015 ) , Omar Sy (“Intocables” 2011) y Sidse Babett Knudsen (“Borgen” 2010-2013) cubren muy bien la trama y el suspenso que había sido, en las anteriores adaptaciones, olvidada. No obstante, si conocen las obras anteriores les va a parecer demasiado predecible de principio a fin (los mismos enredos, los mismos giros, los mismos finales). Repite la misma formula que sus antecesoras. Agradezco mucho el aporte de Hans Zimmer (no solo en esta sino también en sus predecesores) ya que hace a las escenas un poco más amenas en cuanto comienza a sonar la música. Todo lo demás es casi hecho para el intelectual Lagdon, indescifrable no en el sentido enigmático sino el sentido lógico. El título de la película tranquilamente podría ser: “Hanks y Jones corriendo por pasadizos secretos por todo Europa”, pero ya nos delataría lo insatisfactorio que podría ser la cinta en cuestión. Me resulta difícil pensar que los títulos de Dan Brown sean de un nivel digno si conllevan las mismas esencias absurdas y disparatadas que sus proyecciones en el cine. La última cinta de Howard es la mejor de la trilogía que no es mérito muy grande sabiendo que no era muy difícil de superar a las anteriores.
Loca Alegría: En busca de un poco de felicidad. La última película del director italiano no decepciona y muestra despliegue de humor en una obra inteligente y picara. Hay una frase que se le atribuye al filósofo nihilista Nietzsche: “Siempre hay un poco de locura en el amor, pero siempre hay un poco de razón en la locura.”, está cita tranquilamente podría sintetizar el film, si es que la obra fuera banal. Pero no, por suerte el director Paolo Virzi calcó y remarcó valores aislados, posiblemente no vistos a la primera mirada. Nos adentra a un cine de sentidos y de pensamiento frío para que estemos atentos a aquellos momentos que no son observables en el cuerpo (lo que pasa dentro de los personajes). La obra cuenta como dos pacientes de una instituto mental viven su día a día. Beatrice (Valeria Bruni-Tedeschi) imagina ser una egocéntrica y elegante condesa rica que tiene buena relación con los políticos y toda clase de persona de alta sociedad y su amiga Donatella (Micaela Ramazzotti), una joven introvertida que oculta un misterioso pasado. La búsqueda misma de la felicidad es un viaje constante, y como es de esperarse las dos damiselas se atreverán a separar de su grupo en tiempo de excursión para darse el lujo de resolver problemas que dejaron antes de entrar al instituto. Pero no todo es color de rosa para ellas. Su pasado las devorará y absorberá a medida que se tropiezan con sus familiares y conocidos. Algo parecido al trauma que poseía Jazmín en la película de Woody Allen, Blue Jazmín, iremos completando el perfil de cada una de ellas a través de la mirada del otro. Las actuaciones de las dos actrices principales pasan por dos costados diferentes, el de Bruni-Tedeschi pasa por un humor pícaro y casi absurdo mientras que el de Ramazzotti pasa a través de la melancolía y el desgastado provenir. Generando una dupla simpática, poco original pero con diálogos que podrían ser casi inacabables. Es una lastima su abuso del flash back en una cinta que casi podría ser a falta de ellos. Y que opaca en ocasiones el gran trabajo de fotografía que posee esta gran producción italiana. No podemos dejar de lado la gran referencia al clásico Thelma and Louis de Ridley Scott, una variedad de recursos intenso para contar una road movie que no se deja olvidar fácilmente (y no que no debería tampoco). La aventura de “Like Crazy” no empieza cuando las protagonistas tocan el acelerador sino cuando una de ellas comienza a hablar de sí misma y da a conocer su mundo, nosotros hacemos un largo viaje en sus palabras, en sus ojos, en su visión de la realidad. Una nueva forma de aceptar que no todos pensamos igual, no todos olfateamos las misma cosas y sobre todo no todos buscamos la felicidad de la misma manera. Yo por mi parte me volveré a ver Thelma & Louis que el sabor y el recuerdo de está aún no se han perdido.
Cigüeñas: Lecciones de paternidad directas desde el cielo. Las sorpresas no terminaron con Lego la película. Los productores se arriesgan con una idea interesante que sale muy bien parada a pesar de un guión desequilibrado. “Papá/Mamá ¿De dónde vienen los bebés?”, una de las primeras grandes preguntas que surgen de los más pequeños y los adultos (casi obligados moralmente) declaran entre dudas, pero acompañado luego con un discurso fantástico, la siguiente frase: “Vienen de las cigüeñas”. “Cigüeñas” es un film sobre la paternidad y la familia vista desde el punto de esta arriesgada idea. Remontando al mito de la cigüeña por la cultura popular (su origen se debe a un cuento clásico de Hans Christian Andersen), Warner Animation Group vuelve con esta primicia (como lo hizo Disney con Dumbo) pero agregándole el toque humano, los avances de la tecnología y cómo estas afectan a los seres voladores en su tarea de envió. Por lo que las aves ya no se encargarán de enviar bebés a las casas, se adaptaron al siglo XXI y decidieron cambiar el producto por smartphones. Ahora, los plumíferos estarán a carga de una gran compañía en ascenso y su gran responsabilidad dejará de ser la vida humana para ser la de un servicio de envió de excelencia. Todo el proceso de la empresa es “casi” perfecto ya que su único inconveniente en la planta es Tulip, una chica inquieta que quedó huérfana porque una de de las cigüeñas decidió quedarse con ella por encariñarse. Por lo que su presencia, está provocando inconscientemente inconvenientes y problemas en la industria. Todo cambia cuando Junior, el mejor empleado, es designado por Hunter para ser el futuro jefe con la condición de que mantenga a la única humana alejada de la institución. El mensajero decide mandar a Tulip a la sección de correo donde se recibían los pedidos de bebés que hace tiempo que estaba en desuso. La aventura de ambos comienza cuando la joven chica recibe una carta de Nate, un pequeño chico que pide un hermano menor con el que pueda jugar, y que accidentalmente lo fabricaron en una máquina especial y que para deshacerse del problema, Junior y Tulip, deberán entregarlo antes del ascenso laboral del ave. El film es el debut de Doug Sweetland (Presto, corto de Pixar), que co-dirige con Nicholas Stoller, en el mundo de los largometrajes. La animación creada por los productores de Lego nos inventa a un mundo donde animales y personas conviven y se organizan. Teniendo como objetivo en común la efectividad de su trabajo y su incremento laboral. Sin embargo, la cinta se centra en la familia, la paternidad y los vínculos que uno puede generar a través de ellos. Cabe destacar que lo más sorprendente de la obra recalca en la forma paródica con que se muestra el sistema laboral haciendo, entre otras cosas, parodia a KeyNote, Angry Bird, charlas entre trabajadores y relación con el cliente. Los personajes secundarios, en especial, los que hacen de “villanos”, emplean una divertida dinámica a la historia. La manada de lobos, la paloma, el jefe cigüeña y los pingüinos son lo construidos de tal forma que sacan brillo a esta aventura con sus chistes para jóvenes adultos y varios gags que nos aseguran un par de risas a lo largo de la historia. Lamentablemente no sucede lo mismo con los protagonistas, que en vez de encariñarnos, nos aburren y en algunos momentos nos encontramos al punto de querer olvidarnos de ellos. Asimismo, el relato está bien acompañando por parte de una gran variedad musical pop y en especial por el sublime tema de The Lumineers: Holdin’ Out que se escucha casi al final del film y nos hará sentir que valió la pena verla. Más allá de los defectos del guión (muchos elementos absurdos que se emplean bien en los momentos graciosos pero se abusan en la historia), se puede disfrutar una solida comedia ligera más que una animación ya que está contradicciones que en vez de ayudarnos a atenderla nos confunde más. Es muy probable que sea casi nula o no haya versión subtitulada de la película. Así que si sos de los amantes de la versión original, deberás conformarte con esperar que llegue en DVD o streaming. Mientras que las familias podrán ir tranquilas con los niños a ver está entretenida animación. Por el momento, Warner Animation Group viene encaminado y probando en su nueva era en los dibujos animados pero con esta entrega, la espera de que lleguen más de este género no se hará demorar mucho. Además de demostrar que la mano de Philip Lord y Chris Miller (“Lluvia de hamburguesa”, “Lego la película”) como productores ejecutivos es muy visionaria a la hora de desembarcar. Atentos: Antes de la película, se presentará un corto de Lego con Jackie Chan, un divertido relato que esperamos que llegué a los Oscars, como la otra posible candidata “Piper” que se presentó junto a Buscando a Dory.
El director de la trilogía ¿Qué paso ayer? vuelve a la comedia con Jonah Hill y Miles Teller en una adaptación de hechos verídicos en el tráfico de armas. El resultado es ameno pero tiene algunas trabas.
El documental italiano ganador del Oso de Oro en Berlín nos trae una retrato sobre una isla olvidada, la cual funciona como desembarco de inmigrantes ilegales. La obra de Rosi comienza con el testimonio de un chico de 12 años llamado Samuel, quien va al colegio de la zona, le gusta cazar e ir de pesca con su padre. La peculiar historia del niño tiene un giro cuando de entrada sabemos que vive en la isla de Lampedusa, que es el punto más meridional de Italia y desde 1990 se ha convertido en un lugar masivo de desembarco de inmigrantes ilegales procedentes de tierras africanas. Escapar de la guerra y el hambre, esa es la meta principal para estos forasteros que tendrá su propia Odisea para llegar a las tierras europeas. Entre charlas frívolas, partidos de fútbol en la nada, desmayos recurrentes por deshidratación y enfermedades; los extranjeros más que llegar deberán sobrevivir como sea. Las preguntas recurrentes de Samuel nos ayudarán a entender el juicio de los habitantes que albergan la isla, desde su abuela, su médico, su padre y sus amigos construirán una formación de esta mirada sumergida por el desconcierto. La mirada del niño nos ayuda a entender las situaciones, viéndolas de un modo inocente, sin juzgar a los personajes. La propuesta nos lanza hacia una ciudad misteriosa, donde los ecos de la radio suenan más fuerte que en otras ciudades, donde hacía falta una nueva escritura, donde sus lugareños viven una realidad alejados de todos los europeos y también de todos los inmigrantes. Respiran ser el medio de todo esto. El humor y la compasión son transmitidos de forma honesta al espectador que llega desprevenido. Con la ayuda de un buen sonidista y un gran equipo de rodaje se capta la esencia misma de la península. El viento y el mar como factores decisivos dentro del relato. “Fuocoammare” es un documental más que necesario, es una lección de cine donde los mejores atributos narrativos se despliegan en los 108 minutos que dura el largometraje, demostrando que es mucho más que una de las tantas nominadas al Oscar en la categoría mejor documental. Puntaje: 4/5
El niño y la bestia: Legado salvaje. El director Hosaoda vuelve a la pantalla grande con esta gran fábula de aventura y de pasajes memorables. La respectada compañía Gaumont deposita su confianza en un nuevo film animado no francés (años anteriores lo había hecho con Mary and Max), logrando como mérito ponerlo en la Festival de San Sebastián, depositando el primer largometraje animando en competir por una Concha de Oro en la Competencia Oficial en sus 62 años de vida, marcando otro gran paso para el cine de animación. Dirigir anime no es para cualquiera, hay que saber que elementos situar y sobre todo cómo situarlos. Y Mamoru Hosaoda (The girl who leap throght time, Wolf Children) ya nos vuelve a demostrar que la tiene más que clara. La obra muestra a un solitario y taciturno chico huérfano, llamado Kyuta, quién camina por las oscuras calles de Tokio torturado por el abandono y la soledad. Su destino dará un drástico giro cuando se cruza a Kumatesi, un ser sobrenatural mitad oso salvaje mitad semi Dios, quién observará y erigirá al nene como su futuro discípulo en las artes del combate. El pequeño chico deberá seguir a la criatura hasta su mundo de deidades (rasgo típico en las películas del género fantástico), abandonando el suyo para poder aprender todos los secretos que le aguarda y lograr encontrarse a sí mismo. Pero ¿Por qué un ser sobrenatural tendría que seleccionar un niño de este planeta? La meta principal de Kametsu es la de transcender, más allá de ser el mejor peleador de su mundo, él debe dejar una marca en alguien, un legado. Es ahí, su mayor problema: su personalidad agresiva y vaga hace que espante a todos los aprendices que le proveen en su tutoría. No logra dejar sucesor, la transcendencia natural por excelencia. No basta ser el mejor, se debe dejar una herencia para poder dejar esta vida. Es por eso la importancia de Kyuta, será posiblemente su última oportunidad de aportar sus huellas en el mundo. En toda enseñanza no se educa sin aprender, el maestro tendrá que ser educado también. Por este motivo, el testarudo chico es el alumno idóneo, el feedback no se hará esperar. Dos mentes nacidas para la rebeldía. Pero la dupla alumno maestro no estará sola, también habrá otro personajes adicionales interesantes como Ichirohiko y, lamentablemente, otros que están de más como el padre verdadero de Kyuta. Algo para destacar son las escenas de acción que veremos, en especial las que Kumatesu disputará al principio con Iozen (con quién también compite para dejar un sucesor), que por obvias razones, provocará una revancha. El film abunda y escoge recopilar elementos de otras obras reconocidas, como Karate Kid, El libro de la selva y La bella y la bestia. Asimismo, el músico Masakatsu Takagi emulará el estilo Kung Fu Panda para componer la banda sonora. Más allá de un final alejado de toda fluidez narrativa (pelea interna entra la “luz” y la “oscuridad”), El niño y la bestia cumple con lo que promete: acción, emoción, algunas risas y dos horas de puro entretenimiento. Además de que la dinámica que se genera entre humano y bestia-semi Dios es una de las mejores químicas que se verán en la pantalla grande en lo que va del año.