Podríamos hablar de Ezio Massa como un pionero en esta nuevo reverdecer del cine de género nacional. El hombre que se inició en el largo con Más allá del límite posee varios títulos que consiguieron rápidamente ser apreciados por un nicho valedero, la mencionada, junto con Cacería y Villa son muestra de ello.
Con 2/11, que se presentó con un primer corte en el anteúltimo Festival Buenos Aires Rojo Sangre, el formoseño recae en el relato de terror sin medias tintas, pero lo hace a su manera, como hace demostrado en sus anteriores films, haciendo foco en sus personajes.
Co-Escrita junto al reconocido periodista Sebastián Tabany, a grandes rasgos el argumento gira alrededor de Elias (Nicolás Alberti) joven que aparece, de la nada, corriendo sobre una ruta, desnudo y ensangrentado.
Su hermano Santiago (Juan Gil Navarro) es policía, y junto a otro oficial, Rodo (Carlos Kaspar) inician una investigación sobre el hecho, ya que Elías se encuentra en un estado casi catatónico.
Los cabos se irán atando y todo lleva a los interiores del bosque que rodea la ruta en ekl cual se esconde más de un misterio que incluyen seres mitológicos, sectas, rituales, asesinatos y más yerbas.
Para sumar al clima enrarecido, una mujer, Mercedes (Agustina Lecouna) se inmiscuirá en la investigación, y de inmediato sabremos que es un personaje fundamental para la resolución.
Su principal aspecto fuerte es la originalidad de la premisa, Massa y Tabany le escapan a los lugares comunes, y tal como sucedía en la reciente La Segunda Muerte, se opta por un terror rural, interno, con mucho del toque local; si bien alguna escena está resuelta de acuerdo a los cánones pre-establecidos, el conjunto le rehúye al cliché.
Pero por otro lado, 2/11 peca de una narración demasiado fragmentada; su argumento quizás se complejiza demasiado para la duración acotada que posee, y sobre todo en el primer tramo, presenta una estructura de retazos que, luego se irán armando.
Con constantes flashback, ir y venir en distintos tiempos, escenas filmadas a velocidad de exceso de adrenalina y otras más ralentizadas, cuesta encontrar en ella un término medio.
Durante la primera media hora prima la confusión y pareciera que el film deambula sin un rumbo fijo, luego que se presenten todos los elementos, se llevará a la cohesión que intentará no dejar cabos sueltos y hasta presenta alguna sorpresa, por lo menos para los menos adeptos al género.
Massa refleja también la relación difícil entre Santiago y Elias, y como la presencia de Mercedes despierta en ellos cosas del pasado; hay una cuota de drama intimista en ella que será útil para bajar el tono y simplificar la comprensión.
De recursos limitados pero bien aprovechados, 2/11 es un producto ambicioso hecho a pulmón, imperfecto, pero apasionado. Otro escalón más en la carrera de un director que no deja de prometer y cumplir.