Hermanos en problemas
Filme nacional que no tiene que ver con la tradición mexicana.
El Día de los Muertos que visita Ezio Massa, el director, nada tiene que ver con la celebración mexicana. Aquí la muerte quiere ser misteriosa, y terrorífica de ratos. Ya lo imaginamos con la cita de William Blake que abre la película: “Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos”. Y lo confirmamos con el derrotero de Elías, un joven que sale de los bosques bañado en sangre, perdido. Es el hermano menor de un policía del pueblo.
Tienen una historia común y otra que los separa. En principio han perdido a sus padres, y fueron receptores primarios de la leyenda que desgrana el guión, una sucesión trágica que ya se ha cobrado varias vidas en este mismo lugar.
Una loba que una vez al año entra al pueblo en celo, y corre, seguida por los pobres perros jóvenes que serían devorados. Es un preanuncio. Y allí la historia empieza a dar saltos entre la niñez de Elías y Santiango, y la actualidad. Dos hermanos enfrentados por una mujer, reunidos por una tragedia. Un sospechoso y un investigador para un viejo enigma, porque Elías se salvó, pero desaparecieron tres amigos. Todo en un pueblo muerto. ¿Cuánto le agrega la leyenda a la película? ¿Cuánto ayudan los flashbacks a darle tensión?
Secuestros y muertes en un bosque, leyendas, ocultismo. La historia gana cuando más chiquita es. Lo contextual, lo explicativo, resulta excesivo. Y lo mismo ocurre con las actuaciones, bien resueltas, pero enfrentadas a los saltos de época. Aún así hay enigma, y un saludable cine de riesgo, de desafío autoral.