El público argentino ama el cine de terror y esta afirmación es irrefutable, basta con ver los números de títulos tale como El conjuro (2013) o el reciente estreno de Anabelle para demostrarlo así como también la decena de estrenos verdaderamente malos y que aún así duran en la cartelera.
Por su parte, el cine argentino tiene una gran historia de producciones under e independientes de este género pero con el gran problema de que apenas un puñado han llegado a las salas comerciales.
Hay una gran camada de realizadores argentinos que han apostado a hacer cine de terror y luchado para que el INCAA apoye más este tipo de producciones y afortunadamente es algo que ya está sucediendo.
Tal es el caso de Ezio Massa y su 2-11 Día de los muertos. Una película que toma como referencia y ejecuta muy bien las slasher movies norteamericanas de las década del 80 más la moda espiritista de los últimos tiempos.
El guión de Sebastián Tabany tiene todos estos elementos clásicos: una rubia provocativa que esconde algo, un grupo de amigos irresponsables, un bosque, un pueblo, ritos satánicos y un gran misterio.
Asimismo, funciona muy bien el relato al estilo fogón para acercar una identidad autóctona y más argentina, y los roles protagónicos están muy bien, sobre todo Juan Gil Navarro.
Los climas están bien construidos con un montaje certero y una banda sonora acorde.
El punto más flojo tal vez es la elipsis del final pero al mismo tiempo es ocurrente.
2-11 Día de los muertos es una buena película dentro de sus limitaciones a la cual hay que apostar para que el género siga proliferando.