4x4

Crítica de Alexis Puig - Infobae

Un filme osado y candente protagonizado por Peter Lanzani
La película de Mariano Cohn es un thriller de tintes claustrofóbicos, que esconde debajo del género un mensaje sobre el rol de la sociedad ante la delincuencia y los excluidos

Peter Lanzani es Ciro, un ladrón oportunista que decide robar el estéreo de una camioneta 4×4 estacionada en una calle de Buenos Aires. Lo que en un principio parece el golpe perfecto, deriva en una situación desesperante cuando descubre que se ha quedado encerrado en el interior del vehículo, y que este funciona como una fortaleza de la que es imposible escapar. Detrás de esta trampa, hay un hombre, un médico harto de sufrir toda clase de asaltos, un "vengador anónimo" que se dispone a darle al delincuente el castigo que la justicia parece dejar pasar.

Las películas de "personajes encerrados" es un subgénero del thriller varias veces transitado por distintos realizadores. Es imposible no pensar en filmes como Llamada mortal (con Colin Farrell atrapado en una cabina telefónica a merced de un francotirador) o Enterrado (con Ryan Reynolds intentando escapar de un ataúd en el desierto de Irak).

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(Tráiler de 4×4)

El largometraje 4×4 bebe de ese tipo de cine, al menos en la primera parte de la trama, y lo hace con una técnica que permite que el espectador sufra y sienta el encierro, el calor, la sed, el hambre, la desesperación y las penurias del protagonista, un extraordinario Peter Lanzani que logra ponerse la película al hombro.

La atmósfera de claustrofobia se acentúa cada vez que se oye la voz "afable", pero inquietante del dueño de la camioneta, interpretado por Dady Brieva en un rol desparejo, que funciona mejor cuando no da la cara. Mientras que la música de Dante Spinetta agudiza la experiencia traumática y tanto la fotografía, como el montaje y el sonido son pilares fundamentales para que la sensación de inmersión sea efectiva.

En el filme, hay un momento de quiebre, una situación que traslada la acción hacia el exterior, y ahí es donde se hace presente más explícitamente el discurso que hay detrás de la ficción, un relato cercano e incómodo, en el que el espectador debe elegir con quien empatizar: con el ladrón que tiene un frondoso prontuario o con la víctima/victimario decidido a hacer justicia por mano propia.

Este dilema es el que hace de 4×4, un filme osado y candente. Un guión que despierta el debate y que si bien no elige pararse en ninguna vereda, deja bien en claro que la línea entre justicia y venganza a veces es demasiado delgada.