4x4

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

El nuevo film de Mariano Cohn, "4x4", utiliza un esquema de cine de género para volver sobre los asuntos que son moneda corriente en su cine. Hasta el 2016, Mariano Cohn y Gastón Duprat eran algo así como una dupla indivisible en la que era imposible ver el apellido de uno, pegado al del otro.
Como una suerte de hermanos Cohen o Wachowski vernáculos; salvo que ellos no eran hermanos.
Desde los primeros pasos en la creación del programa de culto Televisión Abierta (del cual tomaron su nombre para su productora), hasta su irrupción en el cine que se inició con "El hombre de al lado", y alcanzó hasta los palmares de "El ciudadano ilustre".
Todo juntos, y con un estilo que los caracteriza.
En 2018, se bifurcaron, Gastón Duprat estrenó "Mi obra maestra"; y ahora es el turno de Mariano Cohn. Pero no, sus seguidores no deberían alarmarse, uno sigue siendo el productor del otro, y hasta pareciera que se dividieron las tareas para poder llevar a cabo dos películas.
En sí, ni "Mi obra maestra", ni el estreno de esta semana, difieren demasiado del trayecto conjunto.
Es más, Duprat figura como coguionista junto a Cohn. Mientras que "Mi obra maestra" apelaba a la ¿comedia ácida? con críticas hacia el mundillo del arte, 4x4 apela al más puro cine de género, con las fórmulas que ya todos conocemos; pero otra vez, llevado al terreno de los realizadores.
Si algo destacó todos los trabajos tanto en la pantalla grande como en la chica del team Televisión abierta, es una clara bajada de línea clasista; con algún dejo (bastante marcado) racista, y/o estigmatizador hacia las minorías sociales, ya sean sexuales como culturales.
Disfrazado siempre de una falsa impostura ¿neoprogresista? misantrópica. ¿"4x4" es la excepción? ¿Por qué debería serlo? Cohn se deja todo el plato servido para que el resultado ideológico sea infalible.
En una receta probadísima por él/ellos, ya sabe cuáles son los ingredientes que tienen que integrar para que la moralina llegue, penetre, y se disimule en un berenjenal de “le pegamos a todos”.
Ahí están, los dos personajes de clases sociales contrapuestas, el meollo del asunto que los lleva al límite a ambos, y la vulnerabilidad moral de uno y del otro. Aunque claro, el representante de las minorías más baja tendrá otras características descalificantes extras, como para que quede en claro, que la moral es blanda en todos, pero en unos es justificada, y en los otros no.
Todo esto, no solo está en "4x4", sino que halla su forma más explícita dentro de una coyuntura social 2019 (año electoral) en la que quizás tanto Cohn, como algunos de los productores auspiciantes consideraron necesario dejar clarificadas sus ideas para llegar al espectador.
No hay tiempo para introducciones. Comienza el asunto y la primera escena ya es Ciro (Peter Lanzani) intentando robar el audio de una camioneta 4x4 estacionada en un tradicional barrio porteño de clase media. Se introduce en el vehículo sin ninguna dificultad, extrae el equipo, mea en los asientos traseros porque el ladrón es grosero, y se dispone a abandonar triunfante la camioneta.
Pero no, la camioneta está sellada, es imposible escapar dentro de su espacio; y al decir sellada, lo es en todo sentido.
No solo las puertas son imposibles de abrir, y los vidrios imposibles de quebrar, desde afuera no se percibe ningún sonido interno, y no hay manera de hacer que la cosa se mueva, avance, o tambaleé, para hacer notar que hay alguien ahí: por supuesto, los vidrios están polarizados, de modo que tampoco hay chance de que alguien vea a Ciro.
Ciro está encerrado ahí, y para cantar bingo, justo se queda sin batería en el celular. Aproximadamente veinte minutos después, escucharemos las primeras palabras, el primer diálogo en "4x4". Ciro es presa del Dr. Enrique Ferrari (Dady Brieva), obstetra que se comunica con él mediante el teléfono de la camioneta.
Ferrari está cansado de que le roben, y decidió tomar cartas en el asunto. Colocar un vehículo señuelo, que se convierta en una inquebrantable trampa para ladrones. El hecho de padecer una enfermedad terminal, ayuda.
Este doctor podría ser como John Kramer/Jigsaw de la saga "El juego del miedo", tiene muchas de sus características; pero se diferencian en aspectos fundamentales. Kramer coloca trampas claustrofóbicas mortales, su objetivo es llevar a la presa (que cometió en el pasado actos reprochables) a tomar una decisión de vida o muerte, bajo amenaza de morir de un modo cruento.
La trampa de Ferrari no es mortal, no hay un peligro latente sobre Ciro más allá de los propios de un encierro (inanición) ¿Lo habrá encerrado ahí para obligarlo a escuchar su perorata morosa?
Es probable, es lo mismo que "4x4" hace con su público. Por otro lado, En "El juego del miedo", no hay dudas de la postura de villano de Kramer, más allá de la admiración del fan por el slasher.
En "4x4", el más ingenuo notará una zona gris, y aquel un poco más ávido, se dará cuenta que se empeñan en decirnos que lo del obstetra está bien. No solo hay elementos de "El juego del miedo", es imposible no pensar en dos guiones del genio recientemente fallecido Larry Cohen, "Enlace mortal", y "Celular".
El encierro en un adminículo diminuto, y la única comunicación con alguien a través del teléfono, recuerdan mucho al film con Collin Farrell y Kiefer Sutherland. El hecho de ubicar un objeto y todas sus posibilidades como centro del asunto, nos lleva a la propuesta con Chris Evans y Kim Basinger.
Un dato llamativo, es que en una película con una fuerte inserción publicitaria descarada, no tengan auspicio para esa camioneta superpoderosa. Más allá de la bajada de línea execrable, que, al igual que en sus otros films, no tienen ni siquiera la valentía de plasmarla sin un insultante disimulo; "4x4" presenta un guion con todo tipo de problemas.
Partimos de la inverosimilitud de la camioneta, ningún método de seguridad real es tan infalible como el de ese automóvil (quizás por eso no tiene auspicio). Hay varias acciones y circunstancias que aparecen por pura conveniencia del film, sin ningún tipo de lógica; y Cohn/Duprat no son Larry Cohen, no tienen la mano virtuosa del director de "The Stuff" para sostener un relato encerrado durante un largo tramo sin caer en el aburrimiento.
Hay situaciones inverosímiles, incoherencia, momentos sin sentido, y todo los tipos de baches que se les ocurran, aún aquellos que pudieron resolverse de un modo evidentemente más simple y convincente. Peter Lanzani es lo mejor de este proyecto.
Jugando un personaje que resalta clichés desde su vestir, la música que escucha, hasta las decisiones que toma; el actor logra componerlo sin los tics clásicos “de villerito”, y se muestra siempre convincente, aún ante las dificultades de lógica que le presenta la película.
Dady es un actor correcto, cumple una buena labor; pero más de una vez no puede escapar de la pobreza de sus diálogos de manual, lo cual le impiden un mayor lucimiento. En la media hora final, se introduce en la historia Luis Brandoni como un mediador de la policía de la ciudad.
Pese a conocer su sobrado talento, aquí lo encontramos en uno de sus niveles más bajos, casi como si hubiese hecho su participación de favor y a las apuradas. Cohn/Duprat tienen aires de grandeza, son capaces hasta de auto homenajearse en una imagen que se ve recurrentemente en la película. Creen tener razón en todas sus ideas, y se mofan de los personajes a los que ellos creen personas menores.
También poseen una torpeza narrativa tal como para poner a un personaje encerrado hace días a hacer un soliloquio sobre la libertad y el ser de un grillo (entre otros actos de pura declamación acartonada); o no ser capaces de resolver cuestiones simples como clarificar cuánto tiempo va pasando.
A diferencia de otras películas suyas, "4x4" es técnicamente prolija, no juegan al berretismo intencional despectivo que le vimos abordar anteriormente.
Pero no alcanza, "4x4" se hunde desde su premisa, su desarrollo, y su ideología indisimulable (que incluye postura frente al debate del aborto); demostrando que no sirve el presupuesto cuando se carece de la más mínima pericia para contar una historia.