Un joven delincuente decide robar una lujosa 4×4 estacionada en la vereda de un barrio más de Buenos Aires, pero acaba de cometer el peor error de su vida. El dueño del vehículo vía una app del celular, decide encerrar al “amigo de lo ajeno”, torturándolo tanto física como psicológicamente durante varios días, mientras desquita su bronca acumulada tras sufrir una vida plagada de robos y con una enfermedad terminal pendiendo sobre su cabeza.
4×4 es una de esas películas que desde su premisa llama la atención, debido a que al director, se le propone el desafío de que el grueso la trama, pase dentro de un solo lugar pequeño. En el cine de Hollywood vimos sobrados casos de proyectos similares, pero en Argentina, seguramente las cintas con esta particularidad, sean contadas con una mano.
En producciones que se arriesgan a esto, es necesario contar con un buen actor, que logre cargarse a sus espaldas, todo el peso dramático de la historia, sin caer en el ridículo o el aburrimiento. Por suerte la película cuenta con Peter Lanzani en el rol principal, a quien ya vimos en sobradas ocasiones, que el papel de ladronzuelo mal hablado y de barrio bajo, le queda como anillo al dedo.
Toda la película radica en su actuación, y Lanzani lo hace muy bien; pasando por todos los estados ya sea agresivo, resignación o intentando dar lastima. Y esto logra que nosotros como espectadores pasemos de un rechazo natural hacia su personaje, a un entendimiento o lastima de forma muy gradual.
Otro de los puntos clave de 4×4, es que el film nunca toma posición alguna sobre el tema que toca. Todos sabemos que, en Argentina, ante la ola de robos constantes que sufre la gente, la sensación de justicia por mano propia vive rondando en el aire. Bueno, Mariano Cohn nunca toma partido por ninguna postura, y solo plantea una problemática actual, haciendo que el espectador participe de forma activa de su obra, y abriendo el debate.
4×4 parecía ser un film simple, tanto en su premisa como en su mensaje; pero si uno la analiza un poco, ve todo el trabajo que hay detrás. Podemos decir que por momentos se siente larga (pese a que dura una hora y media), o que algunas secuencias están exageradas; pero a la larga, nos vamos a encontrar con una buena película, que nos dejará pensando y debatiendo.