Lo que nos trae es un tema cotidiano, la inseguridad; aquí un joven intenta robar una 4×4, (previo a esto la cámara realiza un repaso por las calles de la zona con casas que tienen distintas protecciones), logra ingresar al vehículo estacionado y cae en una trampa mortal, queda atrapado, le resulta imposible salir y va agotando todos los intentos de fuga.
A partir de ese momento se van construyendo momentos de mucha tensión, intriga y suspenso. Con el transcurso de los minutos vamos conociendo más de la víctima, el victimario, el verdugo y el animal. Uno tiene un plan y el otro tiene propósito, que puede ser aceptado o no, pero todo se va transformando en un juego macabro (bajo otra temática pero similar al juego del miedo).
Alguno de los momentos que se destacan tienen que ver con: la asfixia, el encierro, la prohibición, la desesperación, el ahogo, la angustia, el dolor, el miedo y la paranoia, entre otros, acompañado con el sonido, los silencios, la música, el movimiento alrededor del sujeto y la interpretación de Peter Lanzani que resulta excelente, este ofrece un gran degaste, desde la actuación, lo físico todo su desenvolvimiento y hasta la relación entre un grillo, su única compañía, y los llamados de quien lo retiene. Dentro del elenco secundario encontramos a: Luis Brandoni, quien los pocos minutos que está en pantalla se luce y el correcto personaje de Dady Brieva primero como una voz y luego con su presencia.
La trama además posee algo de thriller psicológico y mientras van corriendo los minutos el público se va involucrando más y más, acompañando al personaje principal y luego al resto, donde a la hora de evaluar se van dividendo los juzgamientos, como suele suceder ante ciertos hechos de inseguridad. En una secuencia se ve un afiche con una publicidad “El hombre de al lado 2”, para pensarlo. La película cumple con lo que propone, se sostiene y nos lleva a la polémica, el análisis y el debate. Disfrutable banda sonora de Dante Spinetta. Y por último algo importante dentro de los créditos finales hay que quedarse un rato para ver una escena extra.