Efectivo relato tragicómico
La cultura mexicana tiene una larguísima tradición del festejo de la muerte, que viene desde las culturas precolombinas y con la llegada de los españoles, el sincretismo de ambas culturas selló esta tradición que con el trascurso de los siglos solo se ha fortalecido. En estos últimos años los jóvenes realizadores mexicanos han recuperado esta tradición y en la comedía negra han encontrado una rica fuente de inspiración, lo que ha dado muy buenos resultados como Nicotina (2003) de Hugo Rodríguez; Matando Cabos (2004), de Alejandro Lozano, o Morirse en domingo (2006), de Daniel Gruener, los film coinciden en el trajinar con cadáveres sin saber como desprenderse de ellos, en un tono desdramatizado y llegando a un absurdo hilarante.
Cinco días sin Nora, de la debutante de Mariana Chenillo se inscribe en este tándem de realizaciones. Nora es una judía de puntillosa observancia, que planea escrupulosamente su suicidio - ya lo ha intentando quince veces - previo a una serie de festividades religiosas que impedirán su entierro inmediato, y su ex marido de quién lleva muchos años de separación deberá hacerse cargo de su cuerpo hasta que pueda ser enterrada.
Todos los elementos de la comedia tragicómica están presentes, el marido que solo sufre por esos cinco días que tiene por delante y su deber de custodiar el cuerpo a su vez vigilado por varios rabinos. El guión esta bien construido, sólido y sin cabos sueltos, con una serie de actuaciones convincentes y de ritmo constante, sin altibajos.