Ay, el costumbrismo provincial... Después de 8 apellidos vascos, llegamos a los catalanes (y quién dice que no vengan ocho apellidos gallegos, 8 asturianos, 8 granadinos...). Comedia romántica sobre las diferencias a las que el amor y la familia terminan disolviendo, amplifica algunos gags de la primera película, intenta otros y aburre con una fórmula a la que, de entrada, le faltaba brillo. Pero parece que en la Madre Patria funciona.