Una amante de los policiales se transforma inesperadamente en protagonista importante de una trama perfecta para una buena ficción de ese género. Eso es exactamente lo que le pasa, de repente, como si se tratara de una oscura pesadilla, a Rosa, prolija modista y abnegada ama de casa que responde puntillosamente al canon de mujer sumisa de su época. Testigo de un asesinato del que sabemos poco y que, una vez consumado, dispara diversos interrogantes relacionados con el contexto en el que se produjo, Rosa es una dama refinada, misteriosa y bastante impredecible, todas características que María Soldi logra transmitir eficazmente con una interpretación muy ajustada.
Adaptación de la obra teatral La Rosa , del experimentado dramaturgo santafesino Julio César Beltzer, esta historia cargada de tensiones y enigmas también focaliza en los dilemas de la militancia política (encarnados en el agobiado personaje de Manuel Vignau ) y las filtraciones domésticas de la convulsión social de la Argentina de mediados de los 50, la época en la que el peronismo fue violentamente desalojado del poder y se consolidó en el país una disputa ideológica (la famosa grieta) que dura hasta hoy.
La ambientación de época del film es consistente, y el trabajo de cámara y fotografía de Gustavo Biazzi revela solidez y una gran inventiva para apuntalar la trama.