La costurera que amaba las novelas de misterio.
Ambientación y contexto para el cine no son sinónimos ya que si existen incongruencias entre un espacio y las acciones de sus personajes significa entonces que algo falló a la hora de pensar cómo se pensaba o actuaba en determinada época, por más detalles de elementos que acompañen una puesta en escena prolija.
Por eso Algo con una mujer, dirigida por Mariano Turek y Luján Loioco, además de respetar la ambientación y esos modismos de la época también se ocupa del contexto y de la manera de hablar y pensar de los personajes.
Este aspecto ubica a la protagonista de este relato (adaptación de una obra teatral) en el ojo de la tormenta cuando la norma que regía a nivel social requería de la mujer una actitud sumisa ante los hombres más allá de las convenciones domésticas de la época. Si a eso se lo traslada a las reglas del policial noir, entonces el protagonismo de una costurera -que resulta para los parámetros normales un tanto díscola- gana el peso de la historia y la vuelve más atractiva tanto en lo que hace a su interacción y a su desplazamiento en ese micro universo machista y secretista.
La funcionalidad de haber sido testigo de un asesinato y la complicidad de no haberlo denunciado hacen de Rosa (María Soldi) un personaje ambiguo. Por un lado, la necesidad de ganarse el respeto de su esposo (Manuel Vigneau), militante político, que siempre la relega y trata despectivamente y por otro un ímpetu poco natural, producto de su enorme imaginación y avidez por salirse de la cotidianidad de ama de casa que espera a diario la llegada de su esposo del trabajo.
Nada de esa dinámica haría explosión sin la presencia de un tercero en discordia (Abel Ayala, recordado por su protagónico en El Polaquito) y un trasfondo de violencia en sintonía con el momento histórico, 1955, en que transcurre la historia.
Salvo por pequeños deslices y detalles en la ambientación que no corresponden al tiempo en que transcurre la acción, Algo con una mujer logra mantener un tono de un cine de otro tiempo pero sin dejar una sensación agridulce o contraproducente.