Aguda indagación sobre el empoderamiento de la mujer en la sociedad actual.
“Amante fiel” (“L’homme fidèle”, 2018), segundo largometraje de Louis Garrel (“Dos amigos”, 2015), que también protagoniza, es una comedia de enredos sobre dos mujeres cuyos vaivenes psicológicos las obligan a experimentar una permanente inestabilidad y fragilidad en el amor.
La historia gira alrededor de dos triángulos amorosos: el primero entre Abel, Marianne y Paul, su mejor amigo, cuya ausencia-presencia siempre generará otra mirada sobre la situación. Mientras que en el segundo entrecruza la vida de Abel con la de Marianne y È ve (Lily-Rose Depp), su cuñada, enamorada de éste desde la adolescencia.
Con el espíritu de vintage y como un revival de aquella Nueva Ola Francesa, con aire de existencialismo romántico, en un momento de feroz escepticismo y de valores subvaluados en una Europa que atraviesa una seria crisis cultural, porque la multirracialidad generó un nuevo paradigma social, Louis Garrel propone una fórmula de oxigeno renovador a la incertidumbre y desasosiego del individuo contemporáneo.
Hijo del realizador Philippe Garrel (“Amante por un día”, -“L´amant d´un jour”-, 2017), “La sombra de las mujeres” –“L'ombre des femmes”-, 2015), y actor fetiche del realizador Christophe Honoré (“Las canciones de amor”, 2007, “Metamorfosis”, 2014), Louis Garrel junto con Jean-Claude Carrière, un joven de 87 años, compañero de aventuras y filmes maravillosos de Luis Buñuel, crearon un juego de intrigas en donde no faltó un niño de 9 años, Joseph (Joseph Engel), hijo de Maerianne que proporcionó al filme un toque de malicia, gracia, perversidad, y cuyas ambiguas afirmaciones causaran consternación a todos aquellos con quienes se comunica. Garrel junto Carrière al incorporar a Joseph como una especie de maléfico cupido, con una fantasía desbordada y centrada en lo criminal, consiguen una interesante trama pues mezclan elementos de comedia, drama y suspenso.
“Amante fiel” inicia con una toma de París semejante a la de “Besos robados”(1968) de François Truffaut , y al igual que esa historia sobre Antoine Doinel, el protagonista en “Un hombre fiel” , Abel (Louis Garrel) se ve obligado a elegir entre un mujer mayor y una más joven. La mayor es Marianne (Laetitia Casta), el amor de su vida, quien en una brutal primera escena le dice a Abel que está embarazada de Paul, su mejor amigo, y elegantemente lo echa de la casa.
Tras una elipsis, y entierro de por medio nuevamente, se encuentran Abel y Marianne, y ésta decide regresar a su primer amor, pero otra vez lo enfrenta a la incertidumbre al decirle que no sabe si su hijo, Joseph, es de él o de Paul, ya que nunca quiso comprobar la identidad del mismo. Es interesante ese punto el giro, puesto que da otra dimensión al conflicto.
Carrière, al utilizar por primera vez, en toda su trayectoria, voces en off en el transcurso del filme, también genera una visibilidad distinta al pensamiento de cada personaje, y serán tres voces disimiles las que se escucharan y, dispares las miradas sobre la realidad.
El Woody Allen francés es la antítesis de aquellos galanes buenos mozos y machotes que pululaban en el cine durante varias décadas. Es irresoluto e ingenuo frente a la adversidad, con rostro de niño asustado, lo cual consigue generar, curiosamente, una reacción proteccionista en la platea femenina.
“Amante fiel” refleja a la sociedad contemporánea que ha perdido el romanticismo y en la cual el amor sólo es una palabra que existió, reemplazada por otra: sexo. Recorre una sociedad que se vuelca al poliamor para no tener compromisos, hacer más llevaderas las rupturas y sobrevivir a los traumas amorosos.
Esta realización tiene la liviandad y el humor del burlesque, con situaciones en algunos casos grotescas. Por momentos posee una ironía lacerante sobre la manipulación y el engaño, sobre eros y tanatos, deseo y hartazgo, lealtad e infidelidad, amor y desamor, pareja y soledad. Pero sobre todo es un filme que indaga sobre el empoderamiento de la mujer en la sociedad actual