Amante Fiel, una propuesta que demuestra su inteligencia al exponer todas las caras de un mismo tema.
El amor romántico tiene implícita una idea de fidelidad absoluta hacia otra persona. No obstante, Amante Fiel se anima a plantear que existen más aristas a ese concepto de las que parecen estar predeterminadas.
Fidelidad y Amor
Si bien el punto de partida de la narración es la obvia ruptura de una fidelidad romántica establecida, Amante Fiel elige ir por otros costados, otras miradas de la relación que existe entre la fidelidad y el amor.
Por ejemplo, la fidelidad existente entre un amor no correspondido, representado en el arco de Eve (Lily-Rose Depp), fidelidad arraigada en el deseo. La narración se anima a mostrar que esta puede desaparecer una vez alcanzado, cubierta por un manto de aburrimiento que convierte ese ideal en la realidad que claramente no vio venir. El que esa fantasía, ese berretín de la adolescencia, puede ser extremadamente diferente con la convivencia, al ver los defectos en la misma cantidad que las virtudes.
Otra mirada sobre la fidelidad y el amor que plantea el film es la existente entre madres e hijos. La novia con quien vuelve el protagonista tiene un hijo que se muestra extremadamente celoso ante la idea de que su madre rehaga su vida romántica tras quedar viuda. Este mismo hijo se vale de varios recursos manipuladores para poder defender ese vínculo. Es que a los niños se les inculca que el padre es el hombre de la casa, y habiendo muerto este, el hijo por pequeño que sea entiende que le corresponde ese lugar. Así va a hacer lo que sea, justo o injusto, para preservar esa sucesión que él ve legitima.
La novia en cuestión (Laetitia Casta) presenta la idea de fidelidad más liberal que propone la película. Una mujer que no se ve como dueña de nadie, y si lo hace es porque hay un hijo en el medio. Una mujer que ama tanto a dos hombres y se siente cómoda haciéndolo, pero habiendo un hijo en el medio no se anima a seguir ese camino, un temor claramente fundado en la mirada prejuiciosa de la sociedad tradicional. Un temor que la obliga a elegir algo tan importante a través de un método infantil, si se puede decir, como el cara o seca.
Sin embargo, dentro de la liberalidad que propone este arco, se plantea la idea en la cual se puede compartir el cuerpo con muchos amantes, pero el corazón, los sentimientos, con uno solo. O sea, la fidelidad en cuanto a la conciencia tranquila; el engaño consensuado y hablado como muestra de fidelidad, seguridad en la fidelidad y demostración de la fidelidad. Las cuentas son tan claras que podríamos hablar de una propuesta de poliamor, pero como el tercero en discordia es la cuñada deseosa arriba mencionada, no vayamos tan lejos.
Aunque la destreza de Louis Garrel como actor es eficiente, lo que destaca es su mano en la dirección. Los cambios de punto de vista no se producen solo en el plano visual, sino también en el plano sonoro. Instancias tales como una escena con dos personajes en la que percibimos cómo cambia la voz en off de un personaje a otro.
Por otro lado, la película es rica en planos cerrados. Incluso el más general de ellos parece cerrado. La idea de ilustrar esto, podemos decir, es cómo la fidelidad de los protagonistas puede ser una caja que no les permite ver más allá.