Una simple y tierna historia de amor.
Todo se desarrolla en la Ciudad de Mumbai (Bombay), donde según la tradición desde hace décadas las amas de casa envían el almuerzo a sus maridos, el mismo va en varios recipientes apilados y una compañía se encarga de entregarlos a sus respectivos maridos. A estos mensajeros se los conoce como “Dabbawallas”. Pero un día por error el almuerzo hecho por Ila lo recibe otro hombre y a partir de ese momento estos dos seres irán creando una pequeña relación entre comidas y cartas.
Todos los días esta mujer Ila (Nimrat Kaur) preparará el almuerzo para su esposo Shaikh (Nawazuddin Siddiqui) intentando recomponer la familia, la pareja se encuentra desgastada, (panza llena corazón contento), ella se esmera durante esa preparación para eso habla por la ventana de la cocina que da a otra ventana de su tía que vive en el piso de arriba, le da algunos consejitos, estas se cuentan sus cosas, se pasan algún condimento y algunas de esas escenas contienen varios toques de humor.
Cada día pasa un operario a recoger las tarteras y este joven se las lleva en su bicicleta hacia la estación de tren donde la comida es entregada en la oficina donde trabaja Saajan Fernandes (Irrfan Khan), fascinado, come todo lo que se encuentra en esas viandas, este es un viudo solitario, triste, monótono y esperando su jubilación. Las sorpresas son: cuando ella recibe los recipientes enviados totalmente vacios hecho que no sucedía, y cuando su esposo dice que está cansado de comer la coliflor que le entregan todos los días, ingrediente que ella no usa.
Es a partir de ese momento que esta mujer ama de casa, madre de una hija, prepara distintas comidas para este hombre desconocido, y ella en agradecimiento dentro de los recipientes vacios pone una carta en la que le agradece haber degustado su comida, entre estos recipientes vacios y cartas se va generando una relación y se va construyendo un universo de fantasía. Todo envuelto entre palabras, sabores, aromas y placeres, al cabo del tiempo esta relación casual se vuelve un romance platónico, ellos a la distancia se sienten vivos otra vez y reaparecen los sueños.
Cabe destacar el excelente guión y la realización (ópera prima) de Ritesh Batra; esta comedia romántica con toques de melodrama protagonizada por dos seres apesadumbrados que se cruzan al azar, llena de buenos diálogos y esas cartas enviadas a través de unos recipientes nos lleva a una historia de amor a la distancia que contiene cierto encanto, donde confiesan sus sueños, miedos y frustraciones. Escenas fascinantes, con buen ritmo que nunca decae, llena de color y una banda sonora encantadora. Aunque para muchos espectadores puede llegar a ser previsible, es nivelada, su narración tiene encanto y es algo similar a: “La fiesta de Babette” (1987); “Como agua para chocolate” (1992); entre otras.