Philip es un joven escritor con una exitosa y primera novela, tiene una novia con que se lleva mal y una vida con que se lleva peor. Enfrenta a sus editores ya que no quiere caer en la picadora humana que representa una gira promocional de su primer libro. Además, tiene que comenzar a escribir su segunda novela y la situación es extremadamente crítica y estresante. Para superar el momento, surge uno de sus grandes y admirados escritores, Ike Zimmerman, quién le ofrece su casa de campo como refugio para que pueda trabajar.
Todo es mentira, ninguno de los clisés para describir escritores, es ni remotamente cierto. Ningún hombre en el mundo es más feliz que un escritor con una novela por delante y mucho menos con una exitosa detrás. Los escritores no son seres más torturados, ni borrachos, ni pedófilos, ni jugadores, ni drogadictos, ni malos padres, que un mecánico, un dentista o un bombero. Pero los guionista son tan obvios que para describirlos deberán hacerlos seres narcisistas e infelices.
Desde allí Analizando a Philip, comienza a fallar, si le agregamos que las actuaciones no trasmiten absolutamente nada y la historia es como un perro que se muerde la cola que no avanza hacia ninguna parte, nos da como resultado la nada misma. Ni una cita inteligente, ni un dialogo mínimamente chispeante. En suma o en resta de una ramplonería agobiante y hasta ofensiva. Invierta mejor su tiempo, lea, duerma la siesta o visite a esa vieja tía para la que nunca tiene tiempo.
ANALIZANDO A PHILIP
Listen Up Philip. Estados Unidos/2014.
Guión y dirección: Alex Ross Perry. Intérpretes: Jason Schwartzman, Elisabeth Moss, Krysten Ritter, Joséphine de La Baume, Jonathan Pryce, Jess Weixler, Dree Hemingway y Keith Poulson. Fotografía: Sean Price Williams. Música: Keegan DeWitt. Edición: Robert Greene. Diseño de producción: Scott Kuzio. Duración: 109 minutos.