Una película independiente americana. Es decir, con calculada cámara realista, diálogos ingeniosos, aire intelectual, acidez a reglamento. Historia de escritor que no puede escribir y a quien un mentor le ofrece un lugar donde hacerlo. Con Jason Schwartzman. Es decir, muchos lugares comunes de la escena indie, pero funciona porque los actores juegan y uno les cree lo que les pasa. Y porque Jason Schwartzmann y Johnathan Pryce otorgan un placer único cuando aparecen juntos.