Un narrador omnisciente abre la historia cuyo personaje principal es una verdadera pesadilla. Philip Lewis Friedman (Jason Schwartzman) es un escritor con un complejo de superioridad notable y un apartamiento social consecuente a este sentimiento. Las personas aparecen en su vida como un decorado, apenas para tener una excusa más para hablar de Obidant, su novela a punto de publicarse. Esa que seguramente no le de los resultados esperados, pero que lo posiciona como parte de la lista de 35 escritores menores de 35, y le permitirá conocer a su ídolo Ike Zimmerman (Jonathan Pryce), un novelista que acaba de terminar de leer su último material.
Entre monologueos, Friedman aprovecha los minutos de atención de su entorno para hacer una catarsis continua sobre su vida y resaltarles a los demás sus defectos. Las mujeres -sus ex parejas, las posibles, su actual novia- son mal-tratadas, al igual que al resto de las personas: con una apatía y arrogancia descomunal donde el amor propio parece ser de tal magnitud que no le queda margen para querer a nadie más.