Analizando a Philip

Crítica de Rodolfo Weisskirch - Visión del cine

Se estrena Analizando a Phillip, de Alex Ross Perry, comedia dramática protagonizada por Jason Schwartzman, Elizabeth Moss y Jonathan Pryce, que satiriza el universo de los escritores snobistas.
Phillip, un joven novelista, está a punto de publicar su segundo libro, y no tiene mejor idea que refregárselo en el rostro a todos aquellos que no creyeron –al menos, desde su egocéntrico punto de vista- en su capacidad como escritor. Mientras que él está seguro que le espera un futuro de gloria y triunfo snobista, su relación con su novia Ashley se empieza a desgastar, producto de la irrupción de Ike ZImmerman, un escritor ermitaño que se convierte en mentor del protagonista.

Comedia de enredos intelectuales, Analizando a Phillip, es a primera vista, un gran homenaje a dos artistas: Phillip Roth y Woody Allen. Es imposible disimular la influencia que Hannah y sus hermanas, o Maridos y esposas, tienen sobre la obra de Ross Perry. Desde el relato en off omnipresente hasta la descripción de personajes y relaciones.

El director busca una estética, por momentos, similar a los films indies de los ´70: la cámara en mano y colores ocres, amarillos y algunos pasteles, le imprimen un tono visual que pareciera filmado con una super 8 casera, aumentando la sensación de ser espías o testigos de la cotidianeidad del protagonista, algo que supo explotar muy buen Allen a fines de los 80 y principios de los 90.

La puesta es cuidada, pero la estructura narrativa se vuelve un poco reiterativa. Son demasiadas idas y vueltas que tiene el personaje. A la mitad del relato aparece la hija de Ike -desperdiciada está Kristen Rytter- un personaje que podría haber tenido relevancia pero carece de la profundidad que la película necesitaba, volviéndose una figura forzada. Lo mismo sucede con Yvette –Josephine de La Baume- cuya función narrativa pareciera ser darle un desenlace a un relato que parecía no encontrar fin. Además, a Ross Perry le falta todavía oficio para mantener la tensión de diálogos, que se extienden innecesariamente, consiguiendo que el film se vuelva, por momentos, un poco denso.

Sin dudas, esa figura de alter ego que compone como ningún otro, Jason Schwartzman –muy parecido a los personajes que hace para Wes Anderson- ayudan a generar empatía por un hombre desagradable, soberbio, imposible de admirar. Opuesto a él, es notable el trabajo fresco de Elizabeth Moss como la novia del protagonista, y de Jonathan Pryce que sorprende en su versión de escritor estadounidense devenido en maldito. Eric Bogossian –actor, director, figura intelectual del circuito independiente- es un perfecto narrador, más cercano a los de los films de Anderson que a los de Allen, y, posiblemente sin pretenderlo, a los Mariano Llinás y Alejo Moguillansky.

El humor y la oscuridad son una buena herramienta, que la separan, gracias a cierto cinismo, de las comedias de Woody, que tienden a ser un poco más optimistas. Cuando el film decide separar su punto de vista del de el protagonista, obtiene una visión más personal, pero eso no logra sostenerlo narrativamente porque se agota rápidamente. En cierta forma, el relato termina formando parte de aquel universo snobista que el director pretende satirizar. Se vuelve víctima de su propio ingenio.

Todo lo que sucede durante el desarrollo de Analizando a Phillip resulta bastante previsible, sin embargo, las sólidas interpretaciones, y la frescura de ciertas escenas, permiten que sea una obra simpática y, por momentos, disfrutable.