Esta comedia, dirigida por Nicanor Loreti (Diablo, Kryptonita y El Club de los 27) y Paula Manzone, está ambientada prácticamente en un único escenario y sostenida por el cruce de personajes durante un sábado por la noche.
Los vínculos amorosos alterados constituyen el centro de la película, que está basada en la obra teatral homónima de Manzone. Se traslada a la pantalla grande el espíritu de la idea original, sin grandes cambios y con una puesta que potencia las situaciones inesperadas.
Pilar (Gimena Accardi) atraviesa una crisis, permanece en su casa y soporta los llamados telefónicos de su madre (Mirta Busnelli, con voz “en off” al igual que en la obra), entre panzadas de pollo y pochoclos con dulce de leche. Su angustia la lleva a una situación de aislamiento que se ve interrumpida cuando suena el timbre y aparece su novio, Marcos (Benjamín Rojas), cuyas expectativas sobre el presente y el futuro de la pareja chocan con las de Pilar.
El caos reinará cuando llegue sin previo aviso su hermana Ema (Valeria Lois), que está en una situación límite con su marido, y Juan (Diego Velázquez), el cuñado de Pilar, que torcerá el rumbo de los acontecimientos. Todo sucede a través de encuentros sexuales interrumpidos y confesiones que dejan al descubierto las relaciones del cuarteto.
El clima es claustrofóbico (son contados los exteriores de la calle y el ascensor) y la cámara coloca a sus personajes como si se tratara de un western, con una mirada en la que el duelo parece estallar. Se trata de una comedia de estructura sencilla que sobrevuela el conflicto central sin profundizarlo y lo aborda con sarcasmo. En ese sentido, aportan delirio y humor la verborrágica Ema y Juan, quienes imprimen un tono de locura en medio de una historia que, por momentos, parece no tener mucho más para ofrecer.
Aunque lo cotidiano es llevado al extremo y no siempre logra el ritmo de las comedias de puertas, el relato es afable y encuentra logrados momentos, entre complejos y desencuentros sentimentales (es el aniversario de la pareja central) en los que se privilegian las actuaciones. El filme, de escasa duración, se reserva además escenas con gags de rodaje durante los créditos.