Años de calle

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Ensayo sobre la exclusión

Realizado por el binomio integrado por Alejandra Grinschpun y Laureano Ladislao Gutiérrez, Años de calle (2013) nace a partir de unas imágenes tomadas en el año 99 cuando la autora dictaba un taller de fotografía para chicos de la calle. El documental se divide en tres etapas para ver qué fue lo que pasó con esos chicos hoy devenidos en adultos. El resultado un ensayo sobre la marginalidad social de alto impacto visual.

El registro de un taller de fotografía con chicos de la calle es el punto de partida para la realización de una película que se concretaría varios años más tarde. Segmentada en tres épocas, el documental sigue a Andrés, Rubén, Ismael y Gachi durante intervalos de 5 años. Un primer acercamiento en el año 99 nos mostrará la situación de abandono en la que se encuentran siendo unos niños. Cinco años más tarde volverán a entrevistarlos para ver de que manera siguen viviendo, para finalmente llegar al presente y así poder sacar una conclusión de cómo fue la evolución (o involución) en cada caso.

Años de calle es un ensayo visual sobre el abandono y de cómo estos chicos fueron condenados a la marginalidad desde su infancia, cuando ni el estado ni la sociedad hacían nada para insertarlos. Aunque también el documental actúa como una suerte de muestrario sobre las consecuencias de las políticas económicas neoliberales que gobernaron al país durante décadas y cuyos devastadores resultados trajeron secuelas irreparables en algunos sectores sociales, que por carácter transitivo terminaron afectando a toda la población (o acaso la violencia de esta época no es el resultado de los 90, para citar sólo un ejemplo).

Pese a la dureza de lo que muestra y la impotencia que provoca el deterioro de esos chicos en apenas una década, Años de calle es un documental de investigación dinámico, trabajado con una concepción estética diferente a las propuestas que hay sobre el mismo tema, siendo valioso no sólo por lo que cuenta sino también por la forma en que decide ponerlo en escena.