A esta altura ya todo un experto en el documental antropológico / contemplativo / observacional, Baldana continúa luego de la notable Soy Huao su exploración de comunidades poco conocidas (y perdidas en la geografía y en el tiempo) con esta mirada a los usos y costumbres de unos arrieros chilenos que viven en carpas y casas de chapa en el Cajón del Maipo.
La cámara siempre atenta y jamás intrusiva de Baldana permite confrontar tradición y modernidad (si no fuera por las camionetas y otros elementos actuales uno podría pensar en un relato del siglo pasado) con toda la crudeza de una actividad que incluye el constante descuartizamiento de animales y con la sensibilidad de la transmisión de un oficio de generación en generación.
En esta suerte de Sweetgrass sudamericana, la única presencia externa dentro del universo cerrado y autosuficiente es la de unos turistas extranjeros que llegan a sacar fotos “pintorescas”. La falta de énfasis y subrayados es -a la vez- el principal mérito y la mayor “condena” de un registro que, por momentos, resulta un poco “monocorde”, pero que igual no deja de ser fascinante.