Antonio Banderas protagoniza un film en un futuro distópico, con robots y todas las aristas de este tipo de historias. Pero si crees que es una película de las que ya conoces, pensalo de nuevo. Porque si hay algo que tiene Autómata, es que no es tu típica película de robots pensantes…
Las leyes
Los robots de Autómata, diferencia de los de Asimov, solo tienen dos leyes. No pueden dañar humanos, y no pueden automodificarse. Nada mas. Antonio Banderas compone a un agente de seguros de la compañía que construye los robots, Jacq Vaucan. Se ocupa de asegurarse que todos las demandas de los clientes sean validas o no. Y para hacerlo, chequea que las dos leyes encriptadas en los robots estén activas. Pero todo cambiara cuando Vaucan se encuentre con robots que aparentemente intentan repararse o cambiarse a voluntad. Lo que indudablemente será el nacimiento de la inteligencia artificial, un próximo paso en la evolución humana, a quien el planeta está matando de forma lenta pero segura.
Sin tomarla ni beberla, Vaucan se verá en una carrera hacia el medio del desierto, donde no hay vida, y donde los robots rebeldes se esconden con una sola idea en mente. Una pista, no es la revolución, es algo mas simple.
Un futuro de porquería
Así se define, y así lo muestra el director de Autómata Gabe Ibañez. (Gabe… ¿tan wannabe podes ser que te pusiste Gabe? Si sos Gabriel y venis de un rioba de Madrid!). El mundo que Ibañez nos muestra es realmente atractivo, sofocante, agonizante y definitivamente sin futuro. La utilización de la paleta de colores es más que acertada ya que cada plano nos muestra lo muerta, seca y mustia que esta el planeta tierra. Los robots ayudan, ya que lejos de ser como Sonny de Yo, Robot, son apenas más evolucionados mecánicamente que la porquería de ASIMO. Apenas más avanzados que los robots que tenemos actualmente. Y esto es un acierto, ya que antropomórficamente hablando, los robots están lejos de parecerse a nosotros. El tema va por adentro, como en Her. Lo que los robots piensan o empiezan a pensar. Ahí es donde esta la verdadera evolución de los muchachos electrónicos.
Atípica y rara
Es la única manera de definir Autómata, le escapa a todos los clichés del género y eso es un punto a favor. La ambientación de la película es siempre inquietante, y uno no puede evitar decirse cada 20 minutos: “che, que película rara”.
Banderas compone su personaje sin ningún problema y compartirá pantalla la mayor parte del tiempo con robots, el cual uno de ellos esta personificado por Javier Bardem. Dyllan McDermott y Melanie Grifitth no llegan a desarrollar demasiado sus personajes ya que tampoco tienen tanto tiempo de pantalla, pero están ahí. Suman y no desentonan.
En definitiva, lo más jugoso de la narrativa está en la relación entre Banderas y sus compañeros robots, con quienes mantendrá conversaciones, si bien cortas, de profundo contenido filosófico sobre la vida y la moral humana.
Conclusión
Autómata es una rara apuesta de Ibañez y Banderas, pero que considero digna de ver. Sus efectos visuales son realmente muy buenos, y ayudan a que la narración sea fluida y bien contada. En la misma linea de Yo, Robot o Blade Runner, pero definitivamente tomando otro camino para llegar al mismo lugar, Autómata es una cinta que debe ser vista por todos los amantes del género. Gran viaje por el desierto de lo humano de la mano de Banderas. El glamour de los robots no está en su forma, si no en su mente. Si es que tal cosa finalmente existe…