Un futuro con inteligencia artificial y ferocidad humana.
"Autómata" se toma sus tiempos para reflexionar sobre la humanidad y la tecnología bajo el formato de la ciencia-ficción pero con una estructura policial.
En un futuro en el que las civilizaciones están diezmadas y reducidas, los sobrevivientes de los cataclismos dependen de androides -el Pilgrim 7000- creados por la corporación ROC y la pobreza se respira en todos lados, la película del español Gabe Ibáñez resulta al menos interesante en su planteo sobre la humanidad, el paso del tiempo y el uso de la tecnología.
Si bien se trata de una película de ciencia-ficción aprovecha los resortes del policial para desarrollar una trama en la que la inteligencia artificial aparece enfrentada a la bestialidad humana. Se le puede criticar su letargo en escenas en las que no se prioriza la acción y donde el mundo futurista aparece salpicado por lluvias intensas, imágenes holográficas y nylon.
El film describe la odisea de Jacq Vaucan -Antonio Banderas-, el agente de seguros de una compañía robótica que investiga la alteración de piezas, el extraño comportamiento y la violación de los protocolos que llevan adelante las máquinas. Algo huele mal en el futuro.
Con ecos del clásico del género, Blade Runner, y también de El hombre Bicentenario, la película desarrolla extensas -y por momentos reiterativas- escenas en el desierto donde el protagonista -que espera su primer hijo- escapa del sistema al que pertenece y es arrastrado por el desierto por Cleo y tres robots, iniciando una lucha solitaria al descubrir lo que podría tener consecuencias nefastas para el futuro de la humanidad.
La historia incluye a un agente violento -Dylan McDermott- que se lanza tras los pasos de Vaucan; a una científica encarnada por una irreconocible Melanie Griffith y a un grupo de secuaces que cobran dimensión en los minutos finales, a los que les falta espectacularidad y le sobran palabras.
En primer plano aparecen las frases inteligentes de Cleo, sus movimientos lentos -excepto cuando tiene que ensamblar piezas- y su facilidad para aprender a bailar. Autómata fue realizada en España, un país donde no se realizan películas de estas características y cuenta con la producción del mismo Banderas.