Humano, demasiado humano.
Leyes de la robótica:
Ley 1: Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
Ley 2: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
Ley 3: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.
El temor de la humanidad hacia los androides ha ocupado gran parte de la literatura y el cine de ciencia ficción desde la segunda mitad del siglo XX. Dentro de este abanico futurista, el divulgador científico y novelista Isaac Asimov y el escritor Philip K. Dick, entre otros precursores, fueron los que se atrevieron y consiguieron introducir las ideas más revolucionarias sobre la inteligencia artificial en la literatura y crearon así obras inmortales como Yo, Robot y la extraordinaria saga de Robots, en el caso de Asimov, y ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, en el caso de Dick.
En un mundo devastado por las explosiones solares y el cambio climático, los sobrevivientes de los cataclismos apocalípticos se han convertido en dependientes de autómatas restringidos con las dos primeras leyes robóticas de Asimov, omitiendo la tercera. En medio de esta distopía cuya estética emula a la contaminada e insalubre ciudad de Blade Runner, la adaptación cinematográfica de Ridley Scott de la novela de Dick, Jacq Vaucan (Antonio Banderas), un agente de seguros de la compañía que monopoliza la fabricación, venta, supervisión y reparación de los robots, investiga el mal funcionamiento de un autómata que se estaba auto reparando.
La segunda película del director y guionista español Gabe Ibáñez crea una atmósfera asfixiante para encontrar a través de la filosofía existencialista el camino de la evolución del concepto de inteligencia artificial y la necesidad de la vida de abrirse camino en situaciones límite.
La sensibilidad clasicista que el director de origen madrileño crea a través de la exposición de los personajes a situaciones límite, tiene como corolario la tradición literaria de la ciencia ficción que suele mezclar el género fantástico, los avances científicos y el género policial para darle ritmo a la historia a través de una investigación que conduce a Vaucan hacia lo impensable…