Banderas Caídas
Las leyes de la robótica de Isaac Asimov han dado de comer a más de un guionista para elaborar esas distopías tan atractivas para el desarrollo de ideas donde la coexistencia entre la raza humana y la robótica, que no es una raza -cabe la aclaración- sino producto de la utilización de la tecnología y la inteligencia primate para desarrollar una inteligencia superior, eje de conflicto de cada uno de los relatos entre los que lleva la bandera en astas la imbatible Blade Runner.
Los autómatas del título de este film de Gabe Ibáñez, protagonizado y producido por Antonio Banderas, son robots creados por el humano para palear la crisis generada a partir de la radiación que redujo al planeta tierra a la friolera cantidad de 21 millones de habitantes. El sol hizo sus estragos y los robots se encargaron de contenerlo con la construcción de enormes murallas para generar un microclima propio y así evitar el achicharramiento de la especie. Luego de solucionar el conflicto, simplemente quedaron al servicio de los humanos en todo tipo de actividad bajo la premisa o protocolo de no dañar al amo en cuestión. Pero siempre hay excepciones a la regla, y ahí es donde aparece nuestro amigo Antonio Banderas, en el rol de un empleado de la compañía de seguros que monitorea a sus clientes cuando de errores de funcionamiento en el robot servicial se trate. A él se suma un policía (Dylan McDermott) que odia a los autómatas y tiene por deporte predilecto eliminarlos para que la trama arribe a un relato convencional donde la única trasgresión es una regresión en materia de tecnología a raíz de las radiaciones que llevan a un escenario similar al de Mad Max.
Por momentos la presencia de humanos ambiciosos y capaces de destruir a los robots autómatas que han logrado la suficiente inteligencia como para aislarse y no estar sometidos a la esclavitud pero también a reconocer en el humano un enemigo y no un aliado, transportan a esta coproducción europea de ciencia ficción hacia el terreno resbaloso y poco interesante de la dialéctica hombre-máquina.
Autómata por momentos parece un western, cuando decide ubicar el centro de la acción en el desierto y en ese sentido se despoja rápidamente de la ciencia ficción, y los planteos menos convencionales para terminar dejando un sabor a poco y una actuación de Antonio Banderas apenas correcta, pero que se destaca frente a sus compañeros de elenco como Dylan McDermott y Robert Forster.