Llega a los cines, la segunda parte, precuela o spin-off de Cloverfield, Avenida Cloverfield 10 de Dan Trachtenberg; con producción de J.J. Abrams.
Michelle (Mary Elizabeth Winstead) despierta en un refugio bajo tierra después de sufrir un terrible accidente automovilístico y teme haber sido secuestrada. Su captor, un hombre preparado para el día del fin del mundo, le dice que ha salvado su vida y le advierte que un terrible ataque con armas químicas ha dejado el mundo exterior inhabitable, pero al tiempo que las tensiones crecen, ella decide escapar sin importar los peligros que la esperan en la superficie.
Aunque muchos creen que la primer Cloverfield (2008) fue dirigida por J.J. Abrams, el maestro del suspenso y de la ciencia ficción fue solo el productor. Aquel quien estuvo en el asiento del director fue Matt Reeves que dirigió luego la última El amanecer de El Planeta de los Simios y la próxima La guerra de El Planeta de los Simios.
Filmada completamente con cámara en mano, y bajo un guión de Drew Godard (Daredevil), el film exploraba un ataque alienígena, desde la óptica del espectador, con más similitudes a Alien; y su monstruo que nunca aparece. Tuvo seguidores y detractores.
En esta segunda parte, Avenida Cloverfield 10, solo tiene la similitud en su título y en parte de su desenlace. El film esta vez es dirigido por Dan Trachtenberg; el mismo que hizo este fabuloso corto sobre el juego Portal (y que suena para dirigir la adaptación al cine).
El film mantiene a lo largo de su duración un suspenso inigualable, no apto para claustrofóficos. Juega con la paranoia del encierro (algo que maneja perfectamente desde su guión y las excelentes actuaciones de Mary Elizabeth Winstead y John Goodman) y por más que algunos espectadores sepan o no, la verdad detrás del argumento de Cloverfield; en todo momento se cuestiona la decisión de salir o quedarse encerrado, y en donde uno se siente más seguro.
Mezclando un poco de aventura, un poco de suspenso y finalmente un poco de ciencia ficción, Michelle es la heroína perfecta; en ningún momento el espectador pensará que es la damisela en peligro. Desde el minuto uno, sabemos que nos encontramos antes una MacGyber o Lara Croft, ingeniosa y decidida a escaparse.
El espacio a su vez funciona como otro gran factor a tener en cuenta en el film, el confinamiento de los protagonistas en el bunker de Howard, posiciona la vista del espectador hacia abajo, y la tensión creada por su dueño, es igual de problemática. La apuesta se eleva cuando en dos momentos, Michelle debe ingresar a un ducto de aire.