Bazán Frías. Elogio del crimen

Crítica de Gustavo Castagna - Subjetiva

“Bazán frías. Elogio del crimen”, Lucas García Melo y Juan Mascaró
Por Gustavo Castagna

La ficción se cruza con el documental. La representación se fusiona con los hechos reales. El artificio se combina con lo real.

Suerte de experimento audiovisual que escarba en la vida de Andrés Bazán Frías, conocido como “El Robin Hood tucumano”, asesinado por la policía hace casi cien años, el trabajo de García Melo y Juan Mascaró articula su discurso a través de un taller – labor terapia donde los reclusos de un penal ofician de actores y ellos mismos tutelan la representación de la historia.

Cuando se presenta la propuesta y se manifiestan los primeros ensayos, surge la voz y el cuerpo de Alejandra Monteros, quien puntúa desde el off el devenir de la actividad, además de integrar el elenco de la representación sobre la vida de Bazán Frías.

El documental – ficción, por otra parte, alterna testimonios e imágenes de la actualidad, donde se manifiesta la clásica demonización que hace la clase media (o más que eso) sobre la delincuencia, reparando en el pedido de mano dura o que la cárcel sirva como reeducación del condenado. Nada original resuenan esos testimonios pero bien viene escucharlos de otra vez para reflexionar sobre el poder que ostentan los medios y en la forma que manipulan la información.

Dentro de esos ejes, la representación y lo real, la reconstrucción de hechos y la actualidad vía testimonios, Bazán Frías. Elogio del crimen expresa su propuesta formal y argumental.

El espejo referencial fue concebido hace algunos años por los hermanos Paolo y Vittorio Taviani con César debe morir y un grupo de presos representando Julio César de Shakespeare. Pero allí terminan los ecos: es que el trabajo de García Melo y Mascaró corrobora otra injusticia más de una sociedad que aun sigue justificando la mano dura, la cárcel y hasta la pena de muerte para los menos tienen y deben sobrevivir al día a día.

BAZÁN FRÍAS. ELOGIO DEL CRIMEN
Bazán frías. Elogio del crimen. Argentina, 2018. Dirección: Lucas García Melo y Juan Mascaró (Cine Bandido). Producción: Virginia Agüero y Duilio Gati. Fotografía: Sebastián Ernesto Suárez. Montaje: Juan Mascaró. Sonido: Virginia Agüero. Música: Savonet Surfers. Con: Alejandra Monteros y el grupo de internos del Penal de Villa Urquiza. Duración: 65 minutos.