Con pocos aportes nuevos
La vida de Bergoglio antes de ser Papa está vista desde una óptica simplista. Grandinetti hace un buen trabajo.
Francisco, el padre Jorge, la película del español Beda Docampo Feijóo, recorre el camino de Jorge Bergoglio hacia el Vaticano. Adaptación del libro de Elisabetta Piqué, ésta, la primera ficción sobre su vida antes de convertirse en el Sumo Pontífice, tiene ese gran pecado, es canonizante, le faltan matices, aún cuando el director ha dicho que el papa reconoce errores. Igual, la película mantiene el atractivo del hombre que retrata, con un peso político específico y manifestaciones infrecuentes para su investidura.
Con un buen trabajo de Grandinetti, suenan simpáticos sus bergoglismos, su simpleza varias veces ejemplificada en su afición al transporte público, su lucha real por los pobres, su apoyo a las Madres del dolor, su denuncia de la esclavitud en Buenos Aires, su voz diciendo que el Vaticano es un nido de serpientes. Pero faltan las tribulaciones del hombre, el conflicto interno y el histórico.
Para contar, el director elige un viejo y gastado recurso, el punto de vista de una periodista (Silvia Abascal) que investiga y cuenta la historia a la vez.
Aporta poco esa trama paralela que sirve de excusa para visitar la biografía de Francisco. Y contrasta por banal ese recorrido inaugural por la arquitectura porteña con Balada para un loco sonando de fondo, un circuito turístico papal, que es casi una metáfora de una película que irá a los saltos entre Buenos Aires, Roma y Madrid. ¿A qué público le apunta? ¿Qué nos revela acerca del protagonista que no se haya dicho?
En cuanto a los hechos polémicos, la película toma partido. No es malo que lo haga, pero sí lo es su argumentación simplista. Awada, ¿interpreta a Verbitsky? ¿Fue Francisco quien contó su encuentro con Massera tal cuál está mostrado acá? ¿Y quién es esa señora estirada que le pide a Bergoglio callar la corrupción? ¿Por qué nadie se acuerda ya de su entredicho con León Ferrari? Es compleja la historia de este país. Y fue demasiado oscuro el vínculo de la Iglesia Católica con la dictadura para cancelar dudas en un solo encuentro.
Si Francisco... logra interpelar, es por las ideas del hombre, su pensamiento, su teoría del volquete, su enfrentamiento con la peor Iglesia. La ficción aporta poco, ¿porque ya era un hombre de película?