Adolescente e igualita a su papá
Andrea (Raoul Bova, Bajo el cielo de Toscana, Turistas) es un hombre de mediana edad, un publicista mujeriego y superficial que tiene un buen pasar.
La diversión y aventuras de una sola noche son sus aficiones, y comparte domicilio con un amigo incondicional, respetuoso de la forma de vida que lleva el galán eterno que es su amigo.
Claro que nada le garantiza a Andrea que la dicha sea eterna, así que un buen día aparece a tocar la puerta de su casa Layla, una adolescente de aspecto "extraño" que dice ser su hija y que ha venido a conocerlo.
Si la sorpresa amenaza el estilo de vida del adolescente irreparable que es este hombre, el asunto se le pone más escabroso cuando detrás de la chica asoma su abuelo Enzo, un ex rockero impresentable... Y ambos parecen tener intención de quedarse por una larga temporada.
Con algunas variantes y una producción un poco más onerosa, Buongiorno papá es la gemela argumental de la argentina Igualita a mí (2010), de Diego Kaplan, que protagonizaron Adrián Suar y Florencia Bertotti.
Como aquella, la cinta italiana transcurre entre la negación inicial del hombre que se resiste a dejar una vida sin compromisos y debe asumir nada menos que una paternidad --probada por ADN-- y sin previo aviso.
Buen humor y los infaltables pasajes sentimentales condimentan esta propuesta que, no por repetitiva, resulta menos atractiva, porque el cómo se cuenta el cuento es lo importante cuando los temas se acaban.
Edoardo Leo toma el libro de Massimiliano Bruno (coguionista del filme) para dar opción a una historia sencilla, simpática y que, por unos días, le ofrece calidez a la cartelera local.