Buongiorno papá, aun típica “comedia all´Italiana”, con un guion previsible, buenos personajes secundarios y muy liviana para la rica historia del cine Italiano.
Raoul Bova ha probado ser algo más que un galán sexy que, a los 43 años, sigue de moda en Italia. En Buongiorno papá es Andrea, un cuarentón metrosexual, que le gusta la joda y tiene una buena posición económica gracias a ser un agente publicitario que cierra negocios con cine y tv. Vive en compañía de su leal amigo desocupado, Edoardo Leo y llevan juntos una aparente buena vida. Todo cambia cuando golpea a su puerta una chica, Layla, quien dice ser su hija.
Desde el momento de la llegada de layla, como uno se puede imaginar, todo se empieza a embrollar. Layla llega con su abuelo, ambos viven de acampe en acampe y se instalan en su casa, tiene que buscarle colegio, su vida amorosa se ve afectada ya que no puede llevar las mujeres que normalmente llevada a su piso de casi soltero, problemas con sus padres, etc, etc y etc.
Buongiorno papá esta llena de lugares comunes, de estereotipos y chicles, pero el director los busca y decide jugar con ellos en lugar de escaparles. Resulta en una comedia superficial, simplona por momentos y costumbrista, pero también efectiva que no lograra sacar grandes carcajadas pero si mas de una sonrisa.
Buongirno papá no pretende sentar un precedente en el genero, sin no mas bien jugar con la comedia y con los recursos que logra explotar como quiere. No quedara en la historia como las películas de Monicelli ni de Gassman ni de Tognazzi, pero sin dudas en lo que a cine de comedia se refiere hoy en día, les pasa muy por arriba a grandes producciones Hollywwodense.