“Buscando a Pablo Tabernero” de Eduardo Montes Bradley. Crítica.
Memorias de una cámara en constante exilio.
Martin Beamurguia Hace 1 semana 0 54
Eduardo Montes Bradley recrea en este documental la vida del fotógrafo Pablo Tabernero a través de la mirada de su hijo Henry Weinschenk con imágenes y recuerdos de su trayectoria en Europa y en la Argentina donde dejó una huella indeleble en el cine. El rescate bibliográfico de un destacado director de fotografía.
Pablo Tabernero nació el 8 de agosto de 1910 en Berlín, en una familia judía y su verdadero nombre era Peter Paul Weinschenk. Creció sufriendo los conflictos bélicos que se desarrollaron en Europa durante el siglo XX y arrastró un pasaporte marcado por persecuciones y exilios. Sobrevivía creando, mientras el continente europeo se hacía añicos.
La película, una coproducción entre Heritage Film Project de Estados Unidos, Soy Cine de la Argentina, y el apoyo del Incaa, se estrenará el próximo jueves 26 de noviembre por la pantalla de Cine.Ar TV. Aborda la historia, el olvido y la memoria, todo por separado. Enfocando desde sus primeros pasos en el séptimo arte hasta la consagración. La admiración por su padre y el mandato emocional de seguir su camino. Apoyarse y ser sus ojos. Aprender de él, un arquitecto devenido en xilógrafo que se ganaba la vida haciendo retratos, exhibidos en este rodaje. El director lo toma como una huella en el aprendizaje de Tabernero.
La intensidad del relato se va alterando a medida que se detallan los exilios. El sufrimiento del accionar de los nazis en Alemania, su escape en la España que aterrorizaba Franco y la dictadura de Onganía en Argentina, a quién también padeció, y selló su viaje definitivo a Nueva York, donde se afincó hasta sus últimos días.
La intolerancia religiosa atravesaba fronteras y en nuestro país dejó de llamarse Peter Paul Weinschenk y le dio paso al seudónimo que lo transformó: Pablo Tabernero. Prosiguió con su juego de la juventud: ser invisible. Ese disimulo evadió secuestros y finales anunciados. Esquivó infortunios de ficción.
En la cinta se pueden observar imágenes históricas de la república de Weymar y la opresión del tercer Reich, mezclado con el cine mudo alemán y todas las escenas que describían el contexto de la época. Fotografías del período educativo de Tabernero y su despliegue en España, cámara en mano, sumergido entre los milicianos, en plena guerra civil española, con la impronta de un documentalista.
Este documento sugiere la impronta de nuevas ideas que trajeron los inmigrantes a nuestro país. El director regala tomas del Barrio de la Boca, donde se puede observar familias bajando de los barcos, al rayo del sol, a orillas del riachuelo. Una vista aérea imponente del Puente Transbordador Nicolás Avellaneda. La filmación ofrece un trayecto escénico por Berlín, Barcelona y Buenos Aires. Ciudades icónicas y testigos del talento del gran Tabernero.
La marca en la cinematografía argentina tiene lugar en este largometraje, cuando ofició de fotógrafo en “Vidalita” de Luis Saslavsky, con la actuación protagónica de Mirtha Legrand, Narciso Ibáñez Menta y Fernando Lamas. También aparece la oscuridad, en unas tomas de la “Noche de los lápices” cuando él era profesor en la Universidad Nacional de La Plata, y hace mención a su paso como director de los laboratorios “Alex”.
Buscando a Pablo Tabernero apunta a la transformación que tuvo su vida personal dentro de la cinematografía, su aporte e influencia en nuestra producción nacional, que dejó plasmada en la pantalla grande. El refugio que significó la Argentina para él, cuando cambio de nombre para dejar de sufrir persecuciones, y la docencia en el ámbito académico. La identidad estética que le dio a su obra y los pasos que dio para formarse profesionalmente. Su amor por la lente blanco y negro. Quedan muchos retazos de tela para cortar en su legado y acontecimientos para contar. Una historia infinita que viaja por trenes a vapor.
Trailer oficial: