Dirigida por Guilermo Pfening, es un documental mezclado con ficción sobre su hermano, que padece una distrofia que debilita sus músculos. Pero lo que hizo el director, es “jugar a hacer cine”. Con un espíritu que descarta de plano el golpe bajo, que pone el acento en los sueños, las relaciones y que se escapa de formato con actores dispuestos a meterse en la ficción. Desde el amor y con talento.