Una película con literaria treatalidad
Silvina Ocampo siempre tuvo una forma muy particular de escribir. Para ella era la manera suprema de comunicación. En su libro (escrito, según algunos estudiosos, como obra de teatro) “Cornelia frente al espejo” se mezclan sin saber cual es cual la realidad y la imaginación. La historia, para contarla de alguna manera cuenta cuando la joven Cornelia va a suicidarse a una gran mansión y allí se encontrará con distintos personajes.
Como la “Alicia en el país de la maravilla” de Lewis Carroll, Cornelia va dialogando, con una literatura suprema, con algunos personajes que se le van cruzando. Con una forma naif por momentos y cruda en otros. Daniel Rosenfeld lleva con guantes de seda todo el camino que Ocampo trazo para Cornelia, llevando una literatura sublime a la pantalla grande, y transmitiéndole cierta teatralidad por momentos.
Las maravillosas actuaciones de cada uno de los actores también le dan un marco mayor a la película. “Cornelia frente al espejo” no es un film fácil de ver y entender. Hay que tener una mente abierta que permita no solo disfrutar de lo que se ve, sino de gozar con lo que se oye, desde los diálogos más amorosos hasta los más siniestros. Eso era lo que imprimió en su novela Silvina Ocampo y que Rosenfeld, respetando a rajatabla los diálogos creados por la autora, plasmó en un film sumamente bello.