Trágico y brutal film sobre vampiros
Un género clásico revisitado con lo mejor de lo actual.
Entre tanta película reciente sobre vampiros concebida con adolescentes carilindos, fórmulas prefabricadas y mucha astucia de marketing, la demorada llegada a la cartelera local con copias en fílmico de esta joya sueca que reinventa el género con las herramientas más nobles y genuinas del cine resulta un acontecimiento digno de ser celebrado.
Este film de Tomas Alfredson (que ya ha sido contratado por Hollywood para dirigir a Nicole Kidman y Gwyneth Paltrow) está basado en un guión que John Ajvide Lindqvist escribió a partir de su propio best-seller. Los protagonistas son Oskar (Kare Hedebrant), un chico de 12 años, inteligente y retraído, que es objeto de las burlas más crueles por parte de sus compañeros de escuela en un suburbio de Estocolmo; y Eli (Lina Leandersson), una nueva vecina de su misma edad y tan solitaria como él, pero con una gran diferencia: bebe sangre.
Entre ellos surgirá una relación de amistad, comprensión mutua y un incipiente amor preadolescente. El tándem Lindqvist-Alfredson, con la invalorable ayuda de los dos intérpretes, concibe una extraña y fascinante combinación entre el cine de terror (hay escenas muy sangrientas), una conmovedora épica romántica y un implacable retrato sobre la violencia, los excesos y las contradicciones dentro del universo escolar y sobre el patetismo del mundo adulto con sus miserias de pueblo chico-infierno grande (abusos, paranoia, alcoholismo).
Bella y melancólica, trágica y brutal, lírica y fatalista, digna de Nosferatu pero también del cine de Ingmar Bergman, Criatura de la noche está muy lejos de ser un producto efímero y demagógico sustentado en el impacto fácil (de hecho, el uso de los efectos visuales es mínimo y siempre funcional a las búsquedas narrativas). Se trata de una película para analizar, admirar y "degustar" incluso más de una vez. Una de esas sorpresas que aparecen muy de vez en cuando. Una cita insoslayable para aquellos que disfrutan de los géneros clásicos cuando son revisitados con los mejores recursos del cine moderno.