La potencia del movimiento.
A través del formato documental cinematográfico, el realizador Iván Gergolet se propone en Danzar con María la traducción del lenguaje corporal como imágenes en movimiento. Para esta tarea se nutre de la vida y el trabajo de una de las exponentes más importantes de la danza contemporánea, la extraordinaria bailarina y coreógrafa argentina de ascendencia rusa María Fux, haciendo hincapié en su reconocido trabajo como “danza terapeuta”. Habiendo desarrollado su propio sistema de danza terapia, María intenta construir su propio lenguaje no verbal a través del cuerpo siguiendo la filosofía de la bailarina Isadora Duncan y reafirmando el vínculo del cuerpo con el ritmo propio.
Como reconocimiento a su trayectoria, Danzar con María incluye fragmentos del cortometraje Gillespiana, a su vez una pieza escrita por el compositor y trompetista Dizzy Gillespie para la Dizzy’s Big Band conducida en vivo por Lalo Schifrin en 1961 en el Carnegie Hall, en función de la cual Fux bailó improvisando como si su cuerpo fuera un instrumento de los ritmos melódicos. A través de los seminarios de la protagonista aparece su trabajo con chicos con capacidades diferentes, su vitalidad y su influencia en la concepción de la danza moderna. La cámara se centra en el movimiento como forma de expresión corporal e incluso como poética. Podemos ver así distintos aspectos de la relación entre la danza y la vida a través de la influencia que esta síntesis ejerce sobre los alumnos de María.
La música compuesta por Luca Ciut complementa y fortalece el vínculo entre la danza, el teatro y la energía que rodea a María Fux en su camino terapéutico. La mirada del Gergolet intercala primeros planos con delicadas piezas de improvisación de los alumnos de María, entre los que destacan dos alumnos con Síndrome de Down, Marcos y Macanera, y Diana, una mujer con poliomielitis.
Las inspiradoras palabras de María se funden como poesía con los movimientos de su cuerpo cerrando finalmente un círculo que va desde el descubrimiento personal y la experimentación al encuentro de su vocación pedagógica, que incluye una influencia sobre distintos tipos de terapias. Danzar con María no es solo un film sobre danza o sobre terapia, es un homenaje a la trayectoria de una mujer sin igual que, tomando lo mejor de todas las disciplinas, descubrió sus capacidades y dedicó su vida al arte de la danza y a ayudar a otros a desarrollar sus potencialidades corporales.
La película de Gergolet llega en un momento clave en el que se discute la Ley Nacional de Danza, una herramienta para que el Estado reconozca a la disciplina como una actividad de inclusión social, además de patrimonio cultural y actividad económica necesitada de subvención. Solo queda definirla como imprescindible para nuestro estado del arte.