El arte de María Fux con la debida poesía
Con 94 años cumplidos, María Fux sigue enseñando danza, sigue practicando danza, y sigue siendo hermosa. ¿Cómo hace? Pero, más importante, ¿cómo hace para que otras personas con menos capacidad que ella, y a veces con mucha menos capacidad, puedan escuchar sus propios ritmos internos, y expresar artísticamente sus sentimientos a través del cuerpo? Este documental se filmó mayormente en su estudio de avenida Callao, donde incluso una joven con poliomielitis y dos chicos Down disfrutan de las clases y desarrollan sus propias creaciones.
Desde 1968 María Fux está volcada a la danzaterapia. Tiene aquí su centro, y dejó otro en Florencia. Antes fue bailarina del Teatro Colón, discípula de Marta Graham, pionera de la danza contemporánea en el Cono Sur, figura admirada en los escenarios de medio mundo, docente, coreógrafa. Con todo eso, el director, el italiano Ivan Gergolet, pudo haber hecho un interesante documental biográfico. Hizo en cambio otra cosa: un emotivo registro de la poesía que cada persona lleva dentro suyo, y que aflora cuando es invocada y alentada por una maestra que también siente la poesía, y la belleza del arte, y sabe cultivarla.
Su trayectoria aparece sintetizada en breves imágenes, entre las que resalta un fragmento del corto "Gillespiana" (Enrique Dawi, 1961), donde ella baila inspirada en la música de Dizzy Gillespie, cuando la visita del jazzman a Buenos Aires. Mayor espacio ocupa algo que para María Fux hoy es más importante: el registro en S-8 de una indiecita sordomuda que vivía en una cueva, casi un animalito, hasta que en 1971 una patrulla del Ejército la encontró y la llevó a las monjas. Esa niña fue la primera alumna de María Fux, y es tocante verla tantos años después, y tan agradecida.
El resto es tiempo presente, que es el que ella vive, hasta culminar en un hermoso homenaje de cientos de mujeres bailando en la avenida, bajo la ventana del estudio. Gergolet no busca la emoción: simplemente la encuentra, y sabe transmitirla. Dos detalles interesantes: "Danzar con María" fue el primer documental invitado a participar de la Semana de la Crítica del Festival de Venecia, donde ganó el primer premio, y uno de los cinco candidateados al premio de la Academia Europea de Cine como mejor documental europeo (y también es argentino, de los mejores, gracias al coproductor David Rubio, que alentó entusiastamente el registro a lo largo de cuatro años, e incluso participó como camarógrafo).