Una comedia francesa que tiene como principal atractivo a la talentosa Juliette Binoche, que transita con gracia el terreno de una comedia alocada, pero donde no se aprovecha el gran talento de una interprete de lujo. Aquí la guionista y directora Noemí Saglio imagina una situación delirante. Una hija casada de 30 años, (encarnada por Camille Cottin) que anuncia estar embarazada, y que esta a cargo de una madre de 47, moderna, incapaz de mantenerse, rockera, despistada. La hija le exige a sus padres separados que finjan ser una familia normal ante sus suegros. De ese encuentro la mama que encarna Binoche tendrá sexo con su ex marido y también quedará embarazada. Plateado este conflicto, madre e hija embarazadas casi al mismo tiempo transitarán encuentros, competencias, corridas, equívocos. Y demás clichés del género. Aunque hable del siempre complejo vinculo madre e hija y la inminencia de una próximo parto para ambas, todo queda leve y tonto, en una superficie que muy de vez en cuando provoca una sonrisa. El rol de Camille Cottin (ningún parecido con su madre y por momentos parece de más edad) esta demasiado marcado para lo amargado y dramático. La Binoche siempre encantadora.