El gesto. ¡Los gestos! Si hasta dan ganas de gritar que los contengan: que los mentones se arruguen menos, que los ojos abandonen el revoleo exagerado, que las bocas no serpenteen inútilmente. Incluso Juliette Binoche, veterana de tantas grandes películas, no puede salirse de este festival de sobrecargas actorales y constantes ofensas a las mejores tradiciones de la comedia. Esta "comedia de madre e hija embarazadas al unísono" no cree en las tradiciones ni en las rupturas: pone a monigotear a personajes diseñados arteramente como distintos (hija estructurada, madre "tiro al aire") de formas tan vetustas que convierten en lógica la elección del chirriante término balístico-gaseoso recién utilizado en este texto.