Lo que cuesta ver es a estas dos actrices porque en sus personajes son madre e hija cuando las separan solo catorce años de diferencia, ambas funcionan bien y son estupendas, con algunos gags efectivos, un corte musical placentero, resulta un entretenido pasatiempo siendo una comedia previsible y agradable en la que se luce Juliette Binoche, que se divierte en su personaje y contagia al espectador, aunque algunos puedan ir perdiendo el interés con bastante rapidez. Dentro de los créditos finales hay escenas extras.