Relato moderno sobre la vida en familia
Con guion de la directora Noémie Saglio en trabajo conjunto con Agathe Pastorino, De tal madre, tal hija es una comedia justa y con momentos bien logrados, pero que luego termina chapoteando en cierta obviedad, en el gag fácil y alguna que otra pequeña sobreactuación actoral. Es esa una herramienta extra que a veces funciona en el global de una película, y otras veces puede quedarse en las intenciones pese al aceptable trabajo general de equipo y elenco.
El enfrentamiento entre las necesidades de una hija que, pese a que aún necesita a su progenitora, prácticamente la ha criado y sostenido primero en lo emocional y luego en lo económico, y una madre emocionalmente desbocada, tardíamente adolescente y con actitudes que no siempre están relacionadas con lo que el personaje va mostrando, tiene momentos correctos pero ve sus mayores errores a la partir de la premisa más o menos básica y no demasiado novedosa que le da inicio. De tal madre camina por la cornisa de la comedia: con momentos divertidos y un trabajo de enfrentamiento de los personajes principales por yuxtaposición, (Juliette Binoche y Camille Cottin tienen buen desempeño como madre e hija), apoyados en los secundarios y la mascota que cumple un rol algo forzado en la resolución de las situaciones que se van presentando, rompe casi al final un poco porque parece que el tiempo se acaba y hay que definir (me permito la metáfora futbolera) y otro poco porque ya no hay prácticamente más nada que decir y hay que redondear. Ese paso en falso hace que la película, que no era sobresaliente pero se dejaba ver, naufrague y termine siendo una comedia más del montón, aburre y deje frustrado a quien asistió a la sala a disfrutar de lo que se le prometía.
Es un subibaja emotivo que cuando intenta mostrar el costado serio del conflicto que se desarrolla se torna complejo de incorporar al relato que se observa, como si fueran personajes de otra historia. Parecen seres salidos de otro cuento y la sensación de unidad, de solidez, podría decir, en la narración, pierde poder ante la imposibilidad de huir de lo premeditado, de lo obvio, de ese cierre simple y casi a las apuradas del que hablé más arriba, porque parece que el tiempo es tirano también en el cine sobre todo cuando el objetivo de la comedia se pierde y se funde con un mensaje confuso que nunca toma forma definitiva.
*Review de Gastón Dufour