DE AMORES, DECEPCIONES Y REVANCHAS
El mundial 2014 marcó un hito fundamental en la cultura argentina: el hermoso cántico “Brasil decime que se siente, tener en casa a tu papá”. Tan importante y culturalmente significativo fue este canto futbolero, que en el 2017 el nuevo film de Fernando Fraiha se basa en esta canción y de ella toma el título, Decime que se siente. La venganza. La historia se centra en Caco y Vadao, dos amigos que emprenden un viaje hasta la Argentina en busca de una venganza amorosa. Y, claramente, nada sale como pensaron que saldrían y encuentran más de lo que buscaban.
El film mezcla géneros como la comedia, el road movie y el western, produciendo una película entretenida, llevadera y graciosa. En una clara estructura hollywoodense, la pareja protagonista son dos amigos completamente distintos que se complementan, ya que Vadao, el amigo del flamante “cornudo” lleva adelante los momentos más cómicos, denotando un personaje compinche, inmaduro pero muy fiel a su amigo. En contraposición, Caco es un personaje un tanto más serio, deprimido por su decepción amorosa pero que, ayudado por su amigo, logra cerrar el ciclo de una historia que no fue (ni será) y encontrar la esperanza de un futuro más prometedor.
La película está adecuadamente filmada, es interesante como con tomas pertenecientes al cine western (con una musicalización que complementa) logra significar esta aventura en una búsqueda importante para nuestros héroes en cuestión. Las escenas denotan paisajes, pueblitos, elementos del floklore que habita en el camino por carretera que une Argentina-Brasil, al mismo tiempo que en su andar se van topando con personajes exóticos que enriquecen su experiencia y aportan algo en la superación de la crisis de los protagonistas.
En esta búsqueda de venganza (¿Qué peor para un brasilero que lo cambien por un argentino exitoso?) ambos amigos encuentran lo que no sabían que buscaban: cambiar la forma de encarar sus relaciones, de conectar con los demás, superando los obstáculos y decepciones del pasado. En este periplo, es interesante cómo la película muestra los estereotipos que circulan del argentino en la cultura brasilera y, parodiando los mismos (con el cántico futbolístico a la cabeza), logra una desdramatización que habilita a reflexionar más en lo que nos conecta que en lo que nos diferencia del país vecino.
Descontracturada comedia, que hibrida varios géneros en un spaguetti interesante de ver, Decime qué se siente. La venganza funciona. Si bien la película se agota promediando el metraje, resultando hacia el final un poco tediosa, el humor es inteligente, las actuaciones son correctas y la filmación denota calidad y conocimientos cinéfilo. Cabe destacar a modo de cierre, que el film inconscientemente retoma la idea que postuló en su momento Aldous Huxley “Viajar es descubrir que todo el mundo está equivocado sobre otros países”.