Con el acelerador a fondo
Aunque no es del todo original, la presencia de Halle Berry suma y el comienzo tiene tensión.
Una madre presencia el secuestro de su pequeño hijo y se lanza a una carrera mortal para recuperarlo.
Una apacible tarde en un parque de diversiones se transforma en una pesadilla cuando el pequeño hijo de Karla (Halle Berry), una mesera de Nueva Orleáns, es secuestrado frente a sus narices. El planteo argumental de Desaparecido, dirigida por el español Luis Prieto, no es del todo original ni tiene mayores aspiraciones que las de generar tensión y adrenalina, y lo logra en muchas de sus secuencias aun con escasos recursos.
Desde el comienzo, el espectador se coloca en la piel de Karla, la mujer desesperada y enloquecida que persigue a los captores de su hijo Frankie (Sage Correa) y trata de recuperarlo como sea, después de una verdadera batalla legal que mantiene con su ex marido por la tenencia del niño.
A bordo de su automóvil y a gran velocidad, la heroína no deja de pensar en voz alta, pedir infructuosamente ayuda a la policía o llamar la atención de otros automovilistas. El filme, impulsado por un personaje común y corriente sometido a presiones extremas y observando carteles de niños desaparecidos en una comisaría, recuerda al de su anterior thriller 911: Llamada mortal o, incluso, al esposo desesperado interpretado por Kurt Russell en Sin rastro.
Desaparecido acierta en el clima asfixiante impreso por el realizador en su primer tramo debido al ágil montaje y los encuadres violentos, acumulando los convencionalismos y las situaciones inverosímiles para su desenlace, en el que la pareja de villanos de turno, Margo (la gigantesca Chirs McGinn) y Terry (Lew Temple), terminan siendo más torpes que peligrosos.
La ganadora del Oscar se pone la película al hombro con total comodidad como la esposa que sufre las presiones de su ex marido, del trabajo y ahora hace frente a enemigos dispuestos a todo. Ella también puede resultar amenazante cuando decide pisar el acelerador a fondo.