Hay historias familiares que trascienden los límites domésticos y se transforman en episodios que condensan una época. El periodista Shlomo Slutzky -ex corresponsal de Clarín en Israel- encontró a través de las redes sociales a un hombre con su mismo apellido que vivía en Holanda y resultó ser un primo segundo cuyo padre había desparecido durante la última dictadura. A partir de este dato, novedoso para él, se vinculó con este pariente y descubrió el ocultamiento que los Slutzky habían hecho de esta tragedia. Al seguir el hilo de este suceso, Disculpas por la demora no sólo ilumina aspectos oscuros de esta familia, sino también de la historia reciente argentina.
El protagonista del documental es el carismático Mariano, que en 1977, a los 13 años, fue testigo del secuestro de su padre, Samuel Slutzky. Como su madre había muerto tiempo antes por una enfermedad, la pareja de su padre se los llevó, a él y a su hermana, consigo a su exilio en Holanda. Pero una vez allá, las relaciones entre la mujer y sus hijastros no fueron las mejores, y los adolescentes terminaron viviendo con familias adoptivas. Ningún pariente sanguíneo se hizo cargo de ellos.
Con algunas desprolijidades pero mucha emotividad, la cámara sigue el encuentro de Mariano con Shlomo en Amsterdam y, después, viajes de Mariano a la Argentina en busca de reparación legal y moral: declara en el juicio por La Cacha -centro de detención clandestino donde fue visto su padre- y se entrevista con parientes para pedirles explicaciones por su indiferencia en los momentos en los que más los necesitaba. Por distintos motivos, tanto su testimonio como las conversaciones familiares -en especial una con su tío Daniel, hermano de su padre- son estremecedores.
A la vez que muestra el justificado enojo de un sobreviviente, su relación de amor-odio con la Argentina y su resentimiento hacia su familia paterna, el documental aborda otros temas hondos, como el vínculo de los militantes de las organizaciones armadas con sus hijos. Y, por los efectos reparadores, deja claro por qué “memoria, verdad y justicia” es mucho más que un lema cuando se hace realidad.